LA IGLESIA TRIBUTA *** UN CULTO ESPECIAL A LOS SANTOS (I)
***" Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para el bien de los que le aman...A los que de antemano conoció, también los predestino a reproducir la imagen de su Hijo para que fuera el primogénito entre muchos, y a los que predestino, a ésos, también los llamó y a los que llamó, a éstos también los justificó. A los que justificó, a esos también los glorifico (Rm 8, 28*30) ***"
Hace referencia aquí el Catecismo a la Carta que San Pablo escribió a los Romanos porque deseaba confirmarlos en la fe, adelantarlos en el conocimiento del Evangelio y comunicarles algún aumento de gracia espiritual, ante de visitarlos, coincidiendo con una posible estancia también en España (de este último tema se sabe muy poco).
Aunque en Roma la Iglesia Católica estaba ya sólidamente fundada por San Pedro y era floreciente, la Carta anteriormente mencionada podía ser un estímulo para aumentar la fe de aquélla comunidad cristiana, formada fundamentalmente por hombres y mujeres provenientes de la gentilidad y por supuesto de una minoría perteneciente al pueblo judío creyente. Esto mismo sucedía en otras iglesias fundadas por San Pablo, como por ejemplo las de Galicia y Corinto.
San Pablo en su Carta a los Romanos, refiriéndose al desarrollo de los planes de Dios, respecto del hombre, viene a concretar que son cinco actos lo que intervienen en los mismos, que son: la presciencia, la predestinación, la vocación, la justificación y la glorificación. La presciencia, si no se quiere violentar la significación de los términos, es un acto de la inteligencia, si bien conlleva el beneplácito de Dios. La predestinación tiene como término la fijación adoptiva de Dios...y finalmente la glorificación, indica el derecho a la Gloria por la gracia de Dios...
Por otra parte, como también podemos leer en el Catecismo de la Iglesia Católica refiriéndose a la santidad cristiana (n. 2013):
***" Todos los fieles, de cualquier estado o régimen de vida, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad (LG 40). Todos son llamados a la santidad...Para alcanzar esta perfección, los creyentes han de emplear sus fuerzas, según la medida del don de Cristo, para entregarse totalmente a la gloria de Dios y al servicio del prójimo.
Lo harán siguiendo las huellas de Cristo, haciéndose en todo conformes a su imagen, y siendo obedientes en todo a la voluntad del Padre. De esta manera, la santidad del Pueblo de Dios producirá frutos abundantes, como lo muestra claramente en la historia de la Iglesia, la vida de los Santos (LG 40) ***"
Verdaderamente hay que reconocer que el actual Catecismo de la Iglesia, sin despreciar para nada toda la riqueza que conllevan otros Catecismos anteriores, es una bendición de Dios, que permite a los creyentes y no creyentes, acercarse de forma fácil y rotunda a la fe de la Iglesia y a la doctrina católica atestiguadas e iluminadas por la Sagrada Escritura, la Tradición apostólica, y el Magisterio eclesiásticos, como aseguraba el Papa san Juan Pablo II cuándo aprobada la publicación del mismo, un 11 de octubre del año decimocuarto de su Pontificado.
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