LA DORMICION DE LA VIRGEN MARÍA *** LA MADRE DE DIOS
Todos los evangelistas reconocieron que la Virgen María, es la Madre de Dios, pero quizás San Lucas es el que de forma más contundente lo pone de manifiesto...Cuenta en su libro de ^Los Hechos de los Apóstoles ^ todo lo sucedido después de la Resurrección de Jesús y de su Ascensión a los Cielos, en los siguientes términos:
"Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte de los Olivos, que dista poco de Jerusalén, lo que se permitía andar en sábado/ Y así que entraron, subieron a la estancia de arriba, donde se alojaban normalmente. Eran Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolome y Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas el de Santiago/ Todos ellos hacían constantemente oración en común con las mujeres, y con María, la Madre de Jesús..."
Verdaderamente es muy significativo que desde el principio la Virgen María formará parte del grupo de hombres y mujeres del núcleo sobre el que reposaria la Primitiva Iglesia de Cristo, ocupando entre ellos un puesto privilegiado, el de la Madre de Dios.
En efecto, como nos recordaba el Papa San Juan Pablo II el 13 de septiembre de 1995:
"En la Iglesia naciente, a María se la recuerda con el título de ^Madre de Jesús ^ ... a los ojos de los discipulos congregados después de la Ascensión, este título adquiere todo su significado. María es para ellos una persona única en su género *Recibió la gracia singular de engendrar al Salvador de la humanidad, vivió mucho tiempo junto a Él, y en el Calvario el Crucificado le pidió que ejerciera una nueva maternidad con respecto a su discípulo predilecto y, por medio de él, con relación a toda la Iglesia.
Para los que creen en Jesús, es un título de honor y veneración, y lo seguirá siendo siempre en la vida y en la fe de la Iglesia. De modo particular, con este título los cristianos quieren afirmar que nadie puede referirse al origen de Jesús, sin reconocer el papel de la mujer que lo engendró en el Espíritu según la naturaleza humana. Su función maternal afecta al nacimiento y desarrollo de la Iglesia. Los fieles recordando el lugar que ocupa María, descubren todos los días su presencia también en su propio itinerario espiritual "
No es de extrañar,por tanto, que la figura de María haya gozado siempre entre el pueblo de Dios de una influencia extraordinaria y que se haya interesado tanto por conocer el destino final, de Ella, después de la Muerte y Resurrección de Jesús. Hay que tener en cuenta, por otra parte, que Jesús desde la Cruz la encomendó a su Apóstol Juan,como antes recordábamos, para que la cuidará como a una madre, y es seguro que lo cumplió. Ahora bien, la pregunta que puede surgir y surge amenudo es: Es posible que María de Nazaret haya experimentado en su carne el drama de la muerte?.
El Papa San Juan Pablo II, algunos años más tarde retomaba este tema tan interesante en su Audiencia General, del 25 de junio de 1997:
"Reflexionando en el destino de María y en la relación con el de su Hijo divino, parece legítimo responder afirmativamente a esta pregunta, dado que Cristo murió, sería difícil sostener lo contrario por lo que se refiere a su Madre. En este sentido razonaron los Padres de Iglesia,que no tuvieron dudas al respecto. Basta citar a Santiago de Sarug (+521), según el cual ^el coro de los Doce Apóstoles, cuando a María le llegó el tiempo de caminar por la senda de todas las generaciones, es decir, la senda de la muerte, se reunió para enterrar el cuerpo virginal de la Bienaventurada ^ .
Por su parte, San Modesto de Jerusalén (+634), después de hablar largamente de la ^Santísima Dormicion de la gloriosisima, Madre de Dios^ concluye su ^encomio (elogio)^ , exaltando la intervención prodigiosa de Cristo, que la ^Resucitó de la tumba^ para tomarla consigo en la gloria. Así mismo, San Juan Damasceno (+704), se pregunta ^es posible que ella, que en el parto superó todos los límites de la naturaleza, se pliege ahora a sus leyes y su cuerpo inmaculado se someta a la muerte?...Y responde ^ciertamente, era necesario que se despojara de la parte mortal, para revestirse de inmortalidad, puesto que el Señor, de la naturaleza tampoco evitó la experiencia de la muerte^
En efecto, Él (Cristo) muere según la carne y con su muerte, transforma la corrupción en incorruptibilidad y la muerte en fuente de Resurrección...Algunos Padres de la Iglesia describen a Jesús que va a recibir a su Madre en el momento de la muerte, para introducirla en la Gloria Celeste. Así, presentan la muerte de María como un acontecimiento de amor que la llevó a reunirse con su Hijo divino, para compartir con Él la vida inmortal.
Al final de su existencia terrena habría experimentado, como San Pablo, y más que él, el deseo de liberarse del Cuerpo para siempre...La experiencia de la muerte enriqueció a la Virgen:Habiendo pasado por el destino común a todos los hombres, es capaz de ejercer con más eficacia su maternidad espiritual con respecto a quienes llegan a la hora suprema de la vida"
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