En el año 752 de la fundación de Roma,en el año 42 del Imperio de Octavio Augusto,estando en paz todo el orbe,Jesucristo Dios eterno e Hijo eterno del Padre,queriendo visitar el mundo, con su piadosa venida,concebido del Espíritu Santo, nace en Belén de Juda,hecho hombre de la Virgen María.
Tan sólo San Lucas cuenta de forma detallada,en su Evangelio, los acontecimientos que tuvieron lugar en Belén con motivo del nacimiento del Mesías. Él narra un hecho particular de gran relevancia refiriéndose en concreto al lugar donde dio a luz la Virgen María (Lc 2, 6-7):
"Mientras estaban en Belén (José y su esposa)le llegó a María el tiempo del parto/y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre,porque no había sitio para ellos en la posada"
Dice el Papa Benedicto XVI, refiriéndose a esta extraña y triste circunstancia (La infancia de Jesús;Ed.Planeta, S.A., 2012):
"No había sitio para ellos en la posada.La meditación en la fe de estas palabras ha encontrado en esta afirmación un paralelismo interior con la Palabra rica de hondo contenido, del Prólogo de San Juan (Jn 1,11): -Vino a su casa y los suyos no lo recibieron- Para el Salvador del mundo,para aquel en vista del cual todo fue creado (Col 1, 16),no hay sitio.La zorra tiene madriguera y los pájaros nidos,pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza. El que fue crucificado fuera de las puertas de la ciudad (Hb 13,12) nació también fuera de sus murallas.
Esto debe hacernos pensar y remitirnos al cambio de valores que hay en la figura de Jesucristo, en su Mensaje.
Ya desde su nacimiento, Él no pertenece a ése ambiente que según el mundo es importante y poderoso. Y sin embargo, precisamente este hombre irrelevante y sin poder se revela como realmente Poderoso, como aquel de quien a fin de cuentas todo depende.
Así pues, el ser cristiano implica salir del ámbito de lo que todos piensan y quieren, de los criterios dominantes,para entrar en la luz de la verdad,sobre nuestro ser y,con esa luz,llegar a la vía justa"
Por eso en el día de Navidad, la Iglesia celebra el hecho de que la Gracia de Dios, rica en bondad y misericordia,ya no está oculta: -Ha aparecido- ,ésta es la fiesta de la luz.
Tal como aseguraba el Papa Benedicto XVI en su libro -La infancia de Jesús- (Ed.Chronica S.L. ,2011):
"La Gracia de Dios ha aparecido...Pero no una luz total como la que inunda todo en pleno día, sino una claridad que se hace en la noche y se difunde desde una zona precisa del universo:Desde la gruta de Belén, donde está el Niño divino, -ha venido la luz- .En realidad Él, es la luz misma que se propaga...Él es la luz que,apareciendo, disipa la bruma,desplaza las tinieblas y nos permite entender el sentido y el valor de nuestra existencia y de la historia...La Gracia de Dios ha aparecido para todos los hombres...Él ha venido para ricos y pobres,cercanos y lejanos,creyentes y no creyentes...Toda la gracia sobrenatural,por voluntad de Dios,está destinada a toda criatura"
Comentarios
Publicar un comentario