SAN ISIDORO DE SEVILLA **** DOCTOR DE LA IGLESIA



San Isidoro (570-636) llegó a ser el Arzobispo de Sevilla  y se distinguió por su talento,piedad y pureza de doctrina.La ciudad de Cartagena  fue el lugar de su llegada a este mundo,siendo sus padres personas muy destacadas de su época, que tuvieron la suerte de dar a la santa Iglesia Católica cuatro hijos Santos:San Leandro,San Fulgencio y Santa Florentina.

Los padres de estos futuros Santos de la Iglesia murieron cuando San  Isidoro era muy pequeño y Santa Florentina cuidó  de él como una madre y San  Leandro,el mayor de todos los hermanos, hizo los oficios de un padre. 

San Isidoro se puso muy pronto al servicio  de la Iglesia,ayudando a su hermano mayor,ya Arzobispo  de Sevilla en la conversión,  a la religión católica, de los visigodos que  habían caído en la herejía del arrianismo. Fue en este tiempo cuando se produjo la unidad territorial  de España.

En efecto,tras un corto reinado de Gundemaro (610-621)  que se convirtió  al cristianismo, fue elegido nuevo rey Sisebuto (612-621) que consiguió  expulsar  a los bizantinos  de España;para entonces San Isidoro ya era Arzobispo de Sevilla, pues a la muerte de su hermano, San Leandro, el fue nombrado su sucesor en esta Sede.


San Isidoro dedicó gran parte de su vida al estudio y la investigación,llegando a ser un gran versado en las lenguas: latina,griega y hebrea.Sin embargo  nunca dejó de acompañar  sus avances en las ciencias humanas, con la oración  y dedicación  a la lectura y análisis  de las Santas Escrituras.Por otra parte,para dejar a la posteridad los frutos  de sus estudios a la Iglesia,compiló muchas obras, abarcando todo el ámbito  de las ciencias... Así mismo,fundó  una ilustre Escuela en la que se instruyeron varones consumados en ciencias y virtudes, entre los que destacan: San Ildefonso, futuro Arzobispo  de Toledo,y San Braulio,el cual llegaría ser Arzobispo de Zaragoza. 


Entre las muchas  obras que enriquecieron las ciencias de la Edad Media salidas de sus manos, merecen mención especial sus libros: Etimologías y  Varones ilustres. El Papa San Gregorio  Magno, le denominó  el -Salomón-  de su tiempo.Sin duda es uno de los hombres  más cultos de su época,dentro y fuera de España.

Por otra parte, muchos Padres de la Iglesia lo consideran el alma de los Concilios  de Toledo.En efecto, en el importante cuarto Concilio celebrado en esta ciudad en el año 633, fue San Isidoro elegido  por sus compañeros, para presidirlo,en consideración  a sus extraordinarios méritos en favor de la Iglesia.

Al llegar el tiempo de su partida de este mundo,a una edad temprana,fatigado por una vida de constate trabajo intelectual, pidió a sus superiores que le trasladarán a la Iglesia de San Vicente y allí en presencia de una multitud que lloraba su próxima pérdida,pidió perdón  por sus pecados y por las ofensas que hubiera podido causar. Vestido con el hábito penitencial, alzó las manos al cielo orando con gran devoción y  recibió  de manos de los Obispos,el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor...Todavía tuvo tiempo para volver a su casa de acogida en esta ciudad y entregar su alma al Señor al cuarto día de estos sucesos, un cuatro  de abril del año 636,tal como testificaron sus discípulos que le acompañaron hasta el último momento. 


Su cuerpo fue enterrado en la Catedral junto a los cuerpos de sus hermanos, Leandro y Florentina,pero en el año 1063 el rey Fernando I de León  quiso enriquecer su Corte con las reliquias de santos, y envío una embajada  al rey de Sevilla Benabeth,para pedirle las reliquias de Santa Justa,y sucedió que por medio de alguno de sus embajadores  fue informado de que también  allí estaban las reliquias  de San Isidoro y ante esta grata noticia, le rogó al rey de Sevilla que le permitirá trasladarlas a León. Benabeth, en contra de su deseo, accedió a ello, y finalmente  las reliquias  del santo fueron depositadas en la Colegiata de la Catedral de León, donde permanecen desde entonces.






























 

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