EL DOMINGO DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR *** Y LA MISIÓN UNIVERSAL DE SUS APÓSTOLES
La Ascensión del Señor,este año (2023), recaía en el jueves 18 de Mayo,pero al ser una festividad movible,se ha podido trasladar al domingo 21 de Mayo,es lo que llamamos -Domingo de la Ascensión-. El Evangelio de la Santa Misa corresponde a la versión del Apóstol San Mateo sobre los hechos históricos que tuvieron lugar después de la Resurrección del Señor, y más concretamente al momento en que Jesús proclamó la misión universal de sus Apóstoles (Mt 28, 16-20):
"Los once Apóstoles fueron a Galilea, al monte donde Jesús los había citado/Al verlo,lo adoraron; ellos que habían dudado/Jesús se acercó y se dirigió a ellos con estas palabras : Dios me ha dado autoridad plena sobre cielo y tierra/ Poneos,pues,en camino,haced discípulos a todos los pueblos y bautizarlos para consagrarlos al Padre,al Hijo y al Espíritu Santo/ enseñándoles a poner por obra todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el final de este mundo "
El Papa San Juan Pablo II recordando este momento trascendental para el futuro de la Iglesia de Cristo, venía a decir, entre otras muchas cosas, que:
"En la providencia de Dios,en el eterno designio del Padre,había llegado para Cristo la hora de partir.Iba a dejar a sus Apóstoles con su Madre,María, pero sólo después de haberles dado instrucciones. Ahora los Apóstoles tienen una misión que cumplir siguiendo instrucciones que les dejo Jesús, instrucciones que eran a su vez expresión de la voluntad del Padre..."(Homilía del jueves 24 de mayo de 1979).
Lo más importante del final del Evangelio de San Mateo es tal como destacaba San Juan Pablo II,la comunicación de sus poderes soberanos y las últimas instrucciones que el Señor da a sus Apóstoles. Por su parte el evagelista San Marcos da alguna información más a este respecto (Mc 16, 16-18):
"El que creyera y fuera bautizado,se salvará;más el que no creyera,será condenado/ Y a los que hubieran creído les acompañarán estas señales:En mi nombre lanzarán demonios, hablarán lengúas nuevas/ en sus manos tomarán serpientes,y su ponzoña mortífera,no les dañará;pondrán sus manos sobre los enfermos,y se hallarán bien"
Es interesante recordar el hecho portentoso de que algunas de estas palabras de Jesús se cumplieron especificamente en el Apóstol San Pablo, aquel que no formaba parte de los Doce,y fue elegido por él después de su Resurrección. En efecto, sucedió que estando San Pablo camino de Roma en cumplimiento de la labor evangelizadora que el Señor le había encomendado y más concretamente al llegar a una isla, después de una terrible tempestad que hizo naufragar la nave en la que viajaba, ocurrieron unos hechos narrados por San Lucas, que así lo atestiguan (Hch 28, 1-10):
"Una vez a salvo,supimos que la isla se llamaba Malta/ Los nativos nos trataron con una humanidad poco corriente. Encendieron una hoguera y nos acogieron a todos,porque estaba lloviendo y hacía frío/ Pablo había recogido un montón de sarmiento y al echarlo en el fuego,una víbora que huía del calor le mordió la mano / Cuando los nativos vieron al animal colgado de su mano,se decían unos a otros: <Este hombre debe ser un asesino,aunque se ha librado del mal ,la justicia no le permite vivir> / Pero él sacudió al animal sobre el fuego y no sufrió daño alguno / Cuando ellos esperaban que de pronto se hincharia y en seguida caería muerto; pero después de esperar bastante tiempo viendo que no ocurría nada malo,cambiaron de opinión y decían que era un dios /(...) /Casualmente, el padre de Publio, principal de la isla estaba en cama,acuciado de fiebre y disentería. Pablo entró a verle,y después de orar, le impuso las manos y le curó /
Tras este suceso,los demás enfermos de la isla vinieron también y fueron curados / Nos trataron con muchas consideraciones, y al marchar nos proveyeron de lo necesario "
Escueta narración del amigo de San Pablo, el médico que también escribió el tercer Evangelio,y que le acompañó durante toda su misión apostólica, en viajes que casi siempre eran sumamente peligrosos,como en esta ocasión (Tercer viaje Misionero de San Pablo);sin embargo esta narración pone de manifiesto una vez más lo que el autor de los -Hechos de los Apóstoles- quiere destacar como característica del camino evangelizador de los enviados del Señor, esto es, que la comunión de bienes es una de las consecuencias de la fe de Cristo y la paciencia y el sufrimiento es otro elemento fundamental de la vida cristiana...Como en su día predicaria el mismo San Pablo: "Hay que pasar por muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios".
Así razonaba,en este sentido, el Papa San Juan Pablo II en la Homilía anteriormente recordada(Ibid):
"Después de haber pasado por la humillación de su Pasión y Muerte, Jesús ocupa su puesto a la diestra de Dios,ocupa su puesto junto a su eterno Padre.Pero también entró en el Cielo como Cabeza nuestra...Según las palabras de San León Magno, <la gloria de la Cabeza>, se convierte en la <esperanza del Cuerpo (de su Iglesia)>...Para toda la eternidad Jesús ocupa su puesto de <Primogénito entre muchos hermanos > (Rom 8, 29): Nuestra naturaleza está con Dios en Cristo. Y en cuanto hombre el Señor Jesús vive para siempre intercediendo por nosotros al Padre (Heb 7,25). Al mismo tiempo desde su trono de gloria Jesús envía a toda la Iglesia un mensaje de esperanza y una llamada a la santidad"
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