LA ORACIÓN ES LA MEJOR FORMA DE ACERCARNOS A DIOS *** (PRIMERA PARTE)
La oración es la forma más perfecta de acercarnos a Dios;en este sentido el Papa Benedicto XVI recordaba en su libro 'Dios está cerca' (Chronica Ed. S.L.;Barcelona 2011) que: "San Agustín ilustró de forma muy bella la relación íntima entre la oración y la esperanza, en una Homilía sobre la primera Carta del Apóstol San Juan. Él define la oración como un ejercicio del deseo.* El hombre ha sido creado para una gran realidad,para Dios mismo,para ser colmando por Él. Pero su corazón es demasiado pequeño para la gran realidad que se le entrega. Tiene que ser ensanchado. Dios,retardando (su don), ensancha el deseo;con el deseo, ensancha el alma y, ensanchándola,la hace capaz de su don* ... "
Y sigue diciendo el Papa Benedicto XVI (Ibid):"Sólo convirtiéndonos en hijos de Dios podemos estar con nuestro Padre común. Rezar significa salir de la historia y retirarse en el rincón privado de la propia publicidad. El modo apropiado de orar es un proceso de purificación interior que nos hace capaces para Dios y, precisamente por eso capaces también para los demás. En la oración, el hombre ha de aprender qué es lo que verdaderamente puede pedirle a Dios, lo que es digno de Dios. Ha de aprender que no puede rezar contra el otro.Ha de aprender que no puede pedir cosas superficiales y banales que desea en ese momento, la pequeña esperanza equivocada que lo aleja de Dios. Ha de purificar sus deseos y esperanzas. Debe liberarse de las mentiras ocultas con que se engaña a sí mismo: Dios las escruta y la confrontación con Dios obliga al hombre a reconocerlas también...No reconocer la culpa,la ilusión de la inocencia,no me justifica ni me salva,porque la ofuscación de la conciencia, la incapacidad de reconocer en mí el mal en cuanto tal, es esculpa mía..."
El Papa Francisco también nos ha hablado sobre este tema tan importante, concretamente en su libro -Las Homilías de la pandemia. Mirar el futuro con esperanza- (Romana Ed.S.L. 2020) nos recordaba que: "En el Evangelio de San Lucas se nos dice que Jesús nos enseña a orar". Se refiere el Pontífice al pasaje de la vida del Señor en el que se narra la parábola del -fariseo y el publicano- (Lc 18, 9-14) : "Hay dos hombres, uno presuntuoso que va a rezar, pero haciéndose el bueno,como si dijera a Dios: -Mira,soy muy bueno, si necesitas algo,dímelo, yo resolveré tu problema- así se dirige a Dios. De forma presuntuosa...Tal vez sí, hacía todo lo que decía la Ley...
Esto nos recuerda otros hombres. Nos recuerda,por ejemplo, al hijo mayor de la parábola del hijo pródigo, cuando le dice a su padre: -yo que soy tan bueno, y no tengo fiesta...- Se comporta de forma presentuosa...Son estos hombres aquellos que tienen demasiada seguridad en sí mismos o en su poder, o en su dinero... Luego está el otro hombre,el públicano de la parábola que no se pone cerca del Altar, que se queda humildemente lejos: Deteniéndose a distancia,ni siquiera se atreve a levantar los ojos al cielo, pero se golpea el pecho diciendo:-!Oh Dios,te piedad de este pecador!...Siempre se presenta ésta combinació de personas en el Evangelio. Con ello,el Señor nos enseña cómo rezar,como acercarnos,como debemos acercarnos a el Señor : Con humildad.
Hay una hermosa imagen en el Himno liturgico de la fiesta de San Juan Bautista. Dice que el pueblo iba al Jordán para recibir en bautismo,alma y pies desnudos:Rezar con el alma desnuda,sin maquillaje, sin disfrazarse, con sus propias virtudes...Rezar así, desnudos,con el corazón desnudo,sin tapujos,sin siquiera tener confianza en lo que he aprendido sobre la manera de rezar...Esto es lo que el Señor enseña...No olvidemos lo que el Señor nos enseña:Justificarse es soberbia,es orgullo,es exaltarse así mismo...Las miserias permanecen dentro...El Señor nos enseña a entender esto,esta actitud para comenzar la oración. Cuando empezamos a rezar con nuestra justificación, con nuestras certezas,eso no será una oración, será hablar con el espejo.En cambio,cuando comenzamos la oración con la verdadera realidad...eso es un buen paso adelante para dejarnos mirar por el Señor. Jesús nos enseña esto"
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