NADA NI NADIE NOS SEPARARÁ ***** DEL AMOR DE CRISTO
Nada ni nadie separará a los creyentes del amor de Cristo, porque ¿que o quién puede conseguir que ello suceda ?...Es una pregunta que hacía ya el Apóstol san Pablo en su Carta a los Romanos y él razonaba así, para dar una respuesta a la misma (Rm 8, 35-39):
"¿La tribulación o la angustia, la persecución o el hambre, la desnudez, el peligro o espada? / Según está escrito: *Por ti se nos mortifica todo el día:hemos sido evaluados como ovejas destinadas a la muerte* / Pero sobre todas estas cosas triunfamos por Aquel que nos amó/ Pues estoy convencido de que ni la muerte,ni la vida,ni los ángeles, ni los principados,ni lo presente ni lo futuro,ni las potestades/ ni la altura ni las profundidades, ni criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios que está en Cristo Jesús. Señor nuestro"
"El alma grande y extraordinariamente agradecida de San Pablo estalla en este Himno de alabanza y confianza en Jesucristo. Comentándolo dice el Padre Lagrange: *La confianza ,la acción de gracias, la caridad, brotan del fondo del alma de San Pablo y se difunde como antorcha encendida para inflamar a todos los hombres, tan apasionadamente amados por Dios* " (Nota a pie de página. Nuevo Testamento. Traducción introducciones,notas e índices por materias de Antonio Fuentes Mendiola;Ediciones Rialp.S.A.Madrid)
Esta Carta fue escrita por San Pablo en Corinto probablemente hacia el año 58 y es ciertamente una de las más importantes del Apóstol del Señor ,entre otros motivos, porque parece dirigida a aquellos cristianos que en su mayor parte procedían de la gentilidad y que en aquellos momentos se encontraban realmente acosados por la acción de algunos judios residentes en Roma que defendían la ley de Moisés para la salvación, por encima de la de Cristo.
Recordando estas palabras de San Pablo, el Papa San Luan Pa II durante la ceremonia de Beatificación de los Mártires d'Angers (domingo 19 de febrero de 1984) se expresaba en los términos siguientes: "Puesto que Dios ha entregado a su Unigénito Hijo por el mundo, puesto que su Hijo ha dado la vida por nosotros, tal clase de amor no se puede menospreciar...
Es más fuerte que todo. La vida eterna aguarda a aquellos que han amado a Dios hasta el punto de dar la vida por Él. Los regímenes que acosan a los hombres pasan. Pero la gloria alcanzada por los mártires nunca desaparece (Rm 8, 37): *Mas en todas estas cosas sobrenaturales vencemos por obra de Aquel que nos amó * . Esta es la victoria alcanzada por los mártires que vamos a beatificar"
Se refería el santo Padre a los mártires de -La Vendee-, una epopeya que tuvo lugar durante la -Revolución Francesa-; sucedió en efecto, que en el transcurso de tan importante hecho histórico,los cristianos y particularmente el clero católico sufrieron una persecución que nos recuerda la de los primeros tiempos en la época del Imperio romano. La -Epopeya de La Vendee- tuvo lugar en una región de Francia en la que el amor a Cristo era extraordinario, y que llevó a los campesinos y sus familias,que así sentían a levantarse en armas en contra de la revolución, llevando como estandarte la imagen del Sagrado Corazón de Cristo...Fue una lucha totalmente desigual,el enfrentamiento de unos hombres y mujeres valientes contra un poderoso ejercito...
El Papa San Juan Pablo II, durante la beatificación de estos Mártires llevada a cabo en la Basílica Vaticana, se emocionaba al mandar este mensaje a toda su grey: "Esta beatificación será una etapa para toda la Iglesia, y en particular para los Obispos, los padres, los religiosos y los fieles de esta diócesis situada en el oeste de Francia, a la que pertenecieron estas bienaventuradas personas...Es para todos una gran alegría el saber cuan cerca de Dios se encontraban estos hombres y mujeres que dieron su sangre por su patria; admiramos su fe y su coraje por mantenerla (cerca del amor a Cristo)...Estos mártires nos invitan también a pensar en la multitud de creyentes que han sufrido la persecución y sufren hoy en día la misma,en todo el mundo,de una forma encubierta, lacerante y también grave,porque comporta la falta de libertad religiosa, la discriminación, la imposibilidad de defenderse, la muerte civil...
Como nos recordaba en su día el sucesor en la Silla de Pedro de este gran Pontífice, esto es, el Papa Benedicto XVI:
"Todo esto debemos aplicarlo a nuestra vida cotidiana siguiendo el ejemplo del Apóstol San Pablo, que vivió siempre con este gran horizonte espiritual. Por una parte, la fe debe mantenernos en una actitud constante de humildad ante Dios, más aún, de adoración y alabanza a Él y a su gracia.Por tanto,dado que nada ni nadie puede tomar su lugar,es necesario que a nada y a nadie rindamos el homenaje que le rendimos a Él.
Ningún ídolo debe contaminar nuestro universo espiritual;de lo contrario, en vez de gozar de la libertad alcanzada,volveremos a caer en una forma de esclavitud humillante.Por otra parte,nuestra radical pertenencia a Cristo y el hecho de que -estamos en Él- tiene que infundirnos una actitud total de confianza y de inmensa alegría.
En definitiva, debemos exclamar con San Pablo: *Si Dios está por nosotros , ¿quién estará contra nosotros?* Y la respuesta es que nada ni nadie *podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro * (Rm 8, 39).Por tanto, nuestra vida cristiana se apoya en la roca más estable y segura que pueda imaginarse. De ella sacamos toda nuestra energía, como escribe precisamente el Apóstol: *Todo lo puedo en Aquel que me conforta* (Flp 4, 13).
Así pues afrontemos nuestra existencia,con sus alegrías y con sus dolores ,sostenidos por estos grandes sentimientos que San Pablo nos ofrece. Si los vivimos, podremos comprender cuánta verdad encierra lo que mismo Apóstol escribe: *Yo sé bien en quien tengo puesta mi fe, y rstoy convencido de que es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel día * ,es decir, hasta el día definitivo ( 2 Tim 1, 12) de nuestro encuentro con Cristo juez, Salvador del mundo y nuestro" ( Dios está cerca; Benedicto XVI; Chonica Editorial S. L.; primera edición; junio 2011)
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