LLEGA EL GRAN DÍA ****** LA NATIVIDAD DEL SEÑOR



Durante el tiempo de Adviento los creyentes estamos esperanzados ante el momento inminente, una vez más, de celebrar la llegada de nuestro Salvador a este mundo. Desde el tiempo de San Gregorio Magno (540-604),la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, celebra el día de la Natividad del Señor. Así narraba el evangelista san Lucas los hechos históricos más importantes acaecidos, para toda la humanidad (Lc 2, 1-6):

"En aquel tiempo se promulgó un edicto de César Augusto mandando empadronar a todo el mundo/ (...) /José, pues, como era de la casa y familia de David, vino desde Nazaret, a Galilea, a la ciudad de David, llamada Belén de Judea / para empadronarse con María, su esposa, la cual estaba en cinta / y sucedió  que estando allí  le llegó la hora del parto"


El Papa Benedicto XVI  en su libro  -La infancia de Jesús- ( Editorial Planeta S.A.; 2012) reflexiona sobre este acontecimiento así: Jesús no ha nacido y comparecido en público en un tiempo indeterminado, en la intemporalidad del mito. El pertenece al tiempo que se puede determinar con precisión  y a un entorno  geográfico indicado con exactitud: Lo universal y lo concreto se tocan recíprocamente. En él, el Logos, la Razón creadora de todas las cosas ha entrado en el mundo. El Logos eterno se ha hecho hombre, y esto requiere el contexto del lugar y del tiempo. La fe está ligada a esta realidad concreta, aunque luego ese espacio temporal  y geográfico queda superado por la Resurrección, y el -ir por delante a Galilea- del Señor, introduce en la inmensidad abierta de humanidad entera"


Y sigue así san Lucas narrando, tan magno acontecimiento, en su Evangelio:" Y dio a luz (María) a su primogénito, lo envolvió en pañales  y le recostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos  en la posada" El Papa Benedicto XVI reflexionaba a este respecto  de la forma siguiente en su libro (Ibid): " La meditación en la fe de estas palabras ha encontrado en esta afirmación un paralelismo interior con la palabra rica de hondo contenido, del Prólogo  del Evangelio de san Juan (Jn 1,11): "Vino a su casa y los suyos no lo recibieron. Para el Salvador del mundo, para aquel en vista de lo cual todo fue creado (Col 1, 16), no hay sitio. Las -zorras tienen  madriguera  y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza -(Mat 8,20).



El que fue crucificado fuera de las puertas de la ciudad (Heb 13, 12), nació  también fuera de sus murallas. Esto debe hacernos pensar y remitirnos al cambio de valores que hay en la figura de Jesucristo, en su Mensaje. Ya desde su nacimiento, él  no pertenece  a ese ambiente  que según  el mundo es importante  y poderoso. Y sin embargo, precisamente este hombre irrelevante  y sin poder se revela como realmente Poderoso, como aquel de quien  a fin de cuentas  todo depende. Así, pues, el ser cristiano  implica salir del ámbito de lo que todos piensan y quieren, de los criterios dominantes, para entrar en la luz, y llegar a la vía justa"



Sí, la Virgen puso a su hijo en un pesebre, se encontraba en un establo y era el único lugar donde podía reclinar la cabecita del niño Jesús...El lugar seguramente era poco acogedor, pero al menos  resguardado del frío de la noche y discreto para un evento (el parto),  tan íntimo...Por otra parte, como también comentaba el Papa Benedicto XVI (Ibid): "María  envolvió  al niño  en pañales. Podemos imaginar sin sensiblería alguna con cuanto amor esperaba María  su hora y preparaba el nacimiento  de su hijo. La tradición de iconos, basándose  en la teología de los Padres, ha interpretado también teológicamente el pesebre y los pañales . El niño envuelto y bien ceñido en pañales  aparece como una referencia  anticipada a la hora de su muerte: Es desde el principio el inmolado...Por eso el pesebre se representaba como una especie de Altar.  


San Agustín ha interpretado el significado del pesebre con un razonamiento que en primer momento parece, casi impertinente, pero que, examinado con atención, contiene en cambio una profunda verdad.  El pesebre es donde los animales  encuentran alimento. Sin embargo, ahora yace en el pesebre  quien se ha indicado a sí mismo como el verdadero pan bajado del cielo, como el verdadero alimento que el hombre necesita para ser humano. Es el alimento que da al hombre la vida verdadera, la vida eterna. El pesebre se convierte de este modo en una referencia a la mesa de Dios, a la que el hombre está invitado para recibir el pan de Dios. En la pobreza del nacimiento de Jesús  se perfila la gran realidad en la que se cumple de manera misteriosa la Redención  de los hombres"



















































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