SAN AMBROSIO ***** OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA (I)
San Ambrosio nació durante el siglo cuarto después de Cristo , concretamente en la Galia, en el año 340 donde su padre ejercía el cargo de Prefecto. Este futuro santo, seguramente por agradar a su padre,que esperaba de él que llegara a ser un gran militar,consintió en estudiar derecho, sin embargo su progenitor murió antes de poder ver a su hijo cumplir sus deseos...Al morir su padre, su madre se trasladó a Roma con su familia,y allí Ambrosio aprendió la lengua griega y llegó a ser un gran orador, interviniendo en los tribunales, alcanzando tal reputación que finalmente fue nombrado gobernador de las provincias romanas de Liguria y Emilia (Liguna y Aemilia).
En aquella época la Iglesia de Cristo se encontraba muy perseguida dentro del Imperio Romano, y por otra parte, dentro de la propia Iglesia surgieron obstáculos muy importantes que impedían su buen desarrollo interno... ;se propagaron por entoces algunos errores dogmáticos que condujeron a herejías, entre las que destaca el arrianismo. Su promotor fue un sacerdote,llamado Arrio,un hombre de gran erudición, pero también de gran soberbia...Este sacerdote descontento seguramente por no haber sido elegido Patrialca de Alejandría, extendió sus ideas sobre la divinidad de Cristo, asegurando que el Hijo no es igual al Padre,sino que era una criatura muy perfecta, la más perfecta de todas pero no era Dios...Y muchos cristianos,por desgracia, cayeron en este gravisimo error, error que se ha transmitido a lo largo de los siglos y en nuestros días está causando un gran daño a la Iglesia de Cristo...
Jesús se reconoció el Hijo de Dios desde su más tierna infancia como lo demuestra el hallazgo de éste en el Templo narrado por el evangelista San Lucas (Lc 2, 41-52). Podemos leer a este respecto en el Catecismo de la Iglesia Católica (n* 534):
"Es el suceso que rompe el silencio de los Evangelios sobre los años ocultos de Jesús. Jesús deja entrever en ello el misterio de su consagración total a una misión derivada de su filiación divina:¿No sabíais que me debo a mi Padre? María y José "no comprendieron " esta palabra,pero la acogieron con fe,y María "conservaba cuidadosamente todas estas cosas en su corazón" ,a lo largo de todos los años en que Jesús permaneció oculto en el silencio de una vida ordinaria "
Más tarde Jesús envió a sus Apóstoles a predicar el Reino de Dios y por ejemplo les dice según el Evangelio de San Lucas (Lc 22, 29-30): "Yo, por mi parte,dispongo el Reino para vosotros, como mi Padre lo dispone para mí, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi Reino y os sentéis sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel .
A pesar de estas pruebas y otras muchas que demuestran que Jesús es el Unigénito Hijo de Dios y Dios verdadero, ya en tiempos de San Ambrosio hubo muchos hombres que negaron esta verdad absoluta,este fue el caso del Obispo Auxentius, el cual había usurpado la Sede de Milán, y a consecuencia de ello se produjo una gran contienda entre los cristianos y los arrianos. Precisamente San Ambrosio, para evitar males mayores en la Iglesia,pensó que su deber era poner paz entre ambos contendientes. Para lograr su propósito pronunció en la Basílica de Milán un discurso tal,que todos los allí presentes quedaron impresionados por su sabiduría y verdad de cuanto salía de su boca. Tal fue la unanimidad alcanzada entre ambos bandos, que cristianos y arrianos se unieron para proclamarle Obispo de Milán. Este nombramiento fue muy bien acogido por todos excepto por el propio protagonista que no se consideraba digno de tal privilegio (por entonces él era un simple catecumenos).
Una de las cosas mejores que hizo,fue conseguir la conversión de San Agustín de Hipona,hijo de Santa Mónica, gran admiradora y seguidora de este santo Obispo. Esta mujer santa consiguió por sus constantes oraciones al Señor y los sermones de San Ambrosio que su hijo (que llegaría ser Doctor de la Iglesia), se convirtiera al cristianismo. San Agustín fue bautizado por San Ambrosio en el año 387 y diez años después moría éste, un sábado santo.Cuentan sus hagiografos que entonces Jesucristo se le apareció convidandole a ir con Él a la Gloria Celestia.
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