LOS CRISTIANOS DEBEMOS SER TESTIGOS **** DEL AMOR DE DIOS
El Papa San Juan Pablo II nos recordaba en su Carta Apostólica - Novo Millennio Ineunte- (6 enero de 2001) que los cristianos debemos ser testigos del amor de Dios. Concretamente él decía:" *En esto conocerán todos que sois discípulos míos* (Jn 13,35). Sí, verdaderamente hemos contemplado el rostro de Cristo, nuestra programación pastoral se inspira en el -Mandamiento Nuevo- que Jesús nos dio: *Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros* (Jn 13, 34) .
Se refería aquí el Papa San Juan Pablo II a la Constitución Dogmática sobre la Iglesia *Lumen Gentium* (Cap 1.El misterio de la Iglesia): "Cristo es la luz de los pueblos. Por ello este Sacrosanto Sínodo, reunido en el Espíritu Santo, desea ardientemente iluminar a todos los hombres, anunciando el Evangelio a toda criatura (Mc 16, 15) con la claridad de Cristo, que resplandece sobre la faz de la Iglesia. Y porque la Iglesia de Cristo como Sacramento, o sea signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el genero humano, ella se propone presentar a sus fieles y a todo el mundo con mayor precisión su naturaleza y su misión universal, abundando en la doctrina de los Concilios precedentes"
Verdaderamente encomiables eran estos deseos expresados en el Concilio Vaticano II, ahora bien ,ello no ha sido posible por circunstancias adversas que todos los cristianos y no cristianos conocemos...Con razón proseguía diciendo el Papa san Juan Pablo II, en este sentido (Ibid):
"Las condiciones de nuestra época (a principios de este nuevo siglo) hacen más urgente este deber de la Iglesia, a saber, el que todos los hombres, que hoy están íntimamente unidos por múltiples vínculos sociales, técnicos y culturales consigan también la plena unión en Cristo"
Pero la pregunta que surge ante estos buenos deseos del Papa que fue proclamado santo por todos los que estaba presentes en la Plaza del Vaticano y fuera de ella en todo el mundo, en el mismo momento de su muerte, es: ¿Cómo conseguir esto?. La respuesta bien difícil de conseguir llevarla a la practica, que nos daba el Papa en su día, era la siguiente (Ibid):
"Antes de programas e iniciativas concretas, hace falta *promover una espiritualidad de la comunión*, proponiéndola como principio educativo en todos los lugares donde se forme el hombre y el cristiano, donde se educan los ministros del altar, las personas consagradas y los agentes pastorales, donde se construyen las familias y las comunidades"
Pero que entendía san Juan Pablo II por *espiritualidad de la comunión*; como él mismo sigue explicando: "Es saber *dar espacios al hermano*, llevando mutuamente la carga de los otros (Ga 6,2) y rechazando las tentaciones egoístas, las desconfianzas y las envidias. No nos hagamos ilusiones: Sin este camino espiritual, de poco servirían los instrumentos externos de la comunión. Se convertirían en medios sin alma, mascaras de comunión más que modos de expresión y crecimiento...El nuevo siglo debe comprometerse más que nunca a valorar y desarrollar aquellos ámbitos e instrumentos que, según las grandes directrices del Concilio Vaticano II, sirven para asegurar y garantizar la comunión.
¿Cómo no pensar, ante todo, en los servicios específicos de la comunión que son el Ministerio Petrino y en estrecha relación con él, la Colegialidad Episcopal?...
Se trata de realidades que tienen su fundamento y su consistencia en el designio de Cristo sobre la Iglesia, pero que precisamente por esto necesitan de una continua verificación que asegure su autentica inspiración evangélica...
No vivimos unos al lado de los otros por casualidad, todos estamos recorriendo el mismo camino como hombres y, por tanto, como hermanos y hermanas. Por eso es esencial que cada uno se esfuerce en vivir la propia vida con una actitud responsable ante Dios, reconociendo en Él la fuente de la propia existencia y la de los demás...
Sin este fundamento transcendente, la sociedad es sólo una agrupación de ciudadanos, y no una comunidad de hermanos y hermanas, llamados a formar una gran familia"
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