PARA LOS CRISTIANOS CATÓLICOS CREER EN DIOS ***** ES INSEPARABLE DE CREER EN CRISTO
Como podemos leer en el Catecismo de la Iglesia Católica escrito en orden a la aplicación del Concilio Vaticano II (P. San Juan Pablo II; 1992):
"Para los cristianos, creer en Dios es inseparablemente creer en Aquel que él ha enviado, en *su Hijo amado*,en quien ha puesto toda su complacencia (Mc 1,11). Dios nos ha dicho que le escuchemos (Mc 9,7).
El Señor mismo dice a sus discípulos: *Creed en Dios, Creed también en mí* (Jn 14,1) . Podemos creer en Jesucristo porque es Dios, el Verbo hecho carne: " A Dios nadie le ha visto jamás: EL Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado (Jn 1,18). Porque * ha visto al Padre* (Jn 6, 46), él es el único en conocerlo y poderlo revelar (Mt 1, 27) "
En efecto, como san Pedro confiesa al llegar a la región de Cesárea de Filipo, en el norte de Palestina, cerca del nacimiento del rio Jordán, cuando Jesús preguntó a su apóstoles (Mt 16, 13) : " ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?. Ellos respondieron (Mt 16, 14): " Unos dicen que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas".
Entonces el Señor les preguntó de forma más directa (Mt 16, 15): "Pero vosotros, ¿ quién decís que soy yo?" . Inmediatamente respondió sólo san Pedro (Mt 16, 17): "Tu eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" . Respondió Jesús ante aquella revelación divina realiza a su apóstol (Mt 1, 18):" Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo ha revelado la carne y la sangre, sino mi Padre celestial"
Pues bien, como seguimos leyendo en el Catecismo de la Iglesia Católica (nº 161): "Creer en Cristo Jesús y en Aquel que lo ha enviado es necesario para obtener la salvación (Mc 16, 16; Jn 3, 36 ).. Puesto que *sin fe, es imposible agradar a Dios ( Heb 11,6) y llegar a participar en la condición de sus hijos; nadie es justificado sin ella y nadie, a no ser que haya perseverado en ella hasta el fin (Mt 10, 22) obtendrá la vida eterna (Concilio Vaticano I: DS 3012; Concilio de Trento: DS 1532)"
Desgraciadamente en la actualidad, y desde hace ya bastantes años se ha ido extendiendo la idea malintencionada de que Cristo no es Dios, ni siquiera Hijo de Dios, entre una gran parte de los laicos, pero también de algunos clérigos...Gran culpa de todo ello, la tiene la herejía del Anticristo ( el modernismo), la cual ha sido rechazada por los Papas de la Iglesia Católica mediante Cartas Encíclicas muy adecuadas y ajustadas a lo que significa esta herejía, pero no han sido suficientes para cortarla de raíz y de esta forma, anular los terribles efectos que están provocando en todo el mundo.
Por otra parte, el primer efecto y principal es la falta de fe en Cristo y su Mensaje, porque para los cristianos creer en Dios es inseparable de creer en Cristo, Hijo de Dios vivo, y Dios verdadero.
Por este motivo, muchos hombres y mujeres se están separando de la Iglesia Católica porque influenciados por esta herejía -principio y fin- de todas las herejías que hayan existido desde los inicios hasta nuestros días, niegan los Mandamientos de la Ley de Dios, inscrito en los corazones de todos los hombres (ley natural) , lo hacen, para unirse al enemigo del hombre, el ángel caído, Satanás.
Precisamente el Papa Benedito XVI en cierta ocasión nos recordaba a este respecto que:
"El Padre y el Hijo son una misma cosa y, por tanto, su voluntad es - ab intrínseco- una sola.
Cuando el Hijo lucha con la voluntad del Padre en el huerto de los Olivos, no se trata del hecho de tener que aceptar para sí una cruel disposición de Dios, sino del de atraer a la humanidad hacia la voluntad de Dios..."
Planteaba en este sentido el Papa esta importante pregunta: "¿Entonces cual es el motivo de la Cruz y la Expiación?" . Para responderla de esta manera: "En el antiguo Israel la expiación (Yom Kippur) era necesaria como contrapeso a la masa del mal..."
Por el contrario, sigue diciendo el Papa:
"Los cristianos sabían que el Templo destruido había sido sustituido por el -Cuerpo Resucitado- del Señor crucificado y que en su amor radical e inconmensurable se había creado un contra peso a la inconmensurable presencia del mal...Es más, sabían que las ofertas presentadas hasta entonces solo podían concebirse como gestos de deseo de un contrapeso real.
También sabían que frente al abrumador poder del mal solo podía oponerse el amor infinito, solo una expiación infinita. Sabían que Cristo Crucificado y Resucitado es un poder que puede contrarrestar al poder del mal y salvar al mundo. Y sobre esta base fueron capaces de comprender también el significado de sus propios sufrimientos como incrustados en el amor sufriente de Cristo y como parte del poder redentor de tal amor". (P. Benedicto XVI.. Qué es el cristianismo. Un testamento espiritual. La Esfera de los Libros, S.L., 2023).
Por todo esto y mucho más es recomendable para los cristianos, hoy en día, leer este libro del Papa Benedicto XVI, que puede considerarse realmente como el testimonio espiritual que nos ha querido dejar a toda su grey y al mundo entero.
Recordemos finalmente estas palabras suyas (Ibid): "El contrapeso al dominio del mal puede consistir, en primer lugar, en el amor divino-humano de Jesucristo, que es siempre superior a cualquier posible poder del mal"
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