SEGUNDO DOMINGO DESPUÉS DE LA RESURRECCIÓN**** ¡SEÑOR MIO Y DIOS MIO!

 


El Papa Francisco en su libro: -El Evangelio del domingo- (Ed.Planeta, S.A.,2021), refiriéndose al Segundo Domingo después de la Resurrección nos decía que: "Todos los domingos recordamos la Resurrección del Señor Jesús, pero el periodo que sigue a la Pascua,adquiere  un significado aún más esclarecedor. En la tradición de la Iglesia, el Segundo Domingo después de Pascua  se denomina - in albis-. La expresión hace alusión al rito que seguían los que habían recibido  el Bautismo  en la vigilia de la Pascua,  a quienes les entregaban una túnica blanca llamada -alba- (del latín álbus-blanco), para indicar su nueva dignidad de los hijos de Dios.

Actualmente se sigue ofreciendo a los recin nacidos que van a ser bautizados una pequeña túnica blanca, mientras  que los adultos suelen ponerse una auténtica. En el pasado, la túnica seguía llevándose durante una semana, hasta el segundo domingo; de ahí deriva el nombre -in albis deponendis-, en memoria del domingo en que se quitaba la túnica. A partir de ese día, los neófitos (los recién bautizados) comenzaban su nueva vida en Cristo  y en la Iglesia "



Todavía tristes y sobrecogidos por la muerte repentina de este querido Pontífice, sus palabras  nos acompañan recordándonos las tradiciones de la Iglesia a lo largo de los siglos de una manera clara y motivante...Gracias querido Papa Francisco por tus enseñanzas, que nos hacen comprender la importancia de la Tradición de la Iglesia Católica. 

Por otra parte, en este domingo el Evangelio de la Santa Misa  nos narra la segunda aparición de Jesús a sus discípulos, tras su Resurrección,  porque la verdadera causa de la fe pascual fue el encuentro personal de Jesús con sus discípulos, las apariciones del Señor... Así narraba el Apóstol san Juan los hechos historicos acaecidos ( Jn 20, 19-31):

"En la tarde de aquel día, el primero de la semana, y estando los discípulos con las puertas cerradas por miedo a los judíos, llegó  Jesús, se puso en medio  y les dijo: *¡La paz esté con vosotros! / Y les enseñó las manos y el costado*



Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor / El repitió  ¡La paz esté con vosotros! Como el Padre me envió  a mí, así os envío yo a vosotros / Después sopló sobre ellos,y les dijo: *Recibid el Espíritu Santo / a quienes perdonéis los pecados,les serán perdonados, a quienes se los retengáis, les serán retenidos / Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Mellizo,no estaba con ellos cuando  llegó Jesús/ Los otros discípulos le dijeron: *Hemos visto el Señor*.  Él les dijo si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto en su costado mi mano , no lo creo/ Ocho días después, estaban nuevamente allí dentro los discípulos, y Tomás con ellos,Jesús llegó, estando cerradas las puertas, se puso en medio  y les dijo:¡La paz esté con vosotros/ Luego dijo a Tomás:  *Trae tu dedo, aquí tienes mis manos;trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo sino creyente *. Contestó : * ¡Señor mío y Dios mío! / Jesús dijo: * ¿Porque me has visto has creído?  Dichosos  los que crean sin haber visto*"

En efecto, es el propio Señor  el que concederá a Tomás que toque sus manos  y su costado.Igual que a nosotros cuando recibimos el Sacramento de la Eucaristía porque el mayor Banquete que el hombre  puede recibir  es saborear el milagro  del Amor de Dios que se nos comunica en la Resurrección de su Hijo.

Por otra parte, hay que tener en cuenta, como en su día declaraba el Papa Benedicto XVI en su libro -Jesús de Nazaret.Desde la entrada en Jerusalén  hasta la Resurrección - ( Ed. Encuentros, S.A., Madrid,  2011) que:


"Es propio del misterio de Dios actuar de manera discreta...Padece y muere y, Resucitado,quiere llegar a la humanidad solamente mediante  la fe de los suyos, a los que se manifiesta. ¿Pero no es éste el estilo divino? : No cesa de llamarnos con suavidad a  las puertas de nuestro corazón y, si le abrimos, nos hace lentamente capaces de ver...

¿No emana tal vez de Jesús  un rayo de su luz que crece a lo largo de los siglos;un rayo que no podía venir de ningún simple ser humano; un rayo a través  del cual entra realmente en el mundo el resplandor de la luz de Dios?...

Si escuchamos los testigos ( de su Resurrección), con el corazón atento y nos abrimos a los signos con los que el Señor da siempre fe de ellos y de sí  mismo,entonces sabemos que: Él  ha resucitado  verdaderamente. Él es el Viviente. A Él  nos encomendamos en la seguridad de estar en la senda justa. Con Tomás, metemos nuestra mano en el costado traspasado de Jesús y confesamos:

!Señor mío y Dios mío!





































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