LOS APÓSTOLES TESTIGOS **** Y AMIGOS DE CRISTO

                 


Se preguntaba, en su día, el Papa Benedicto XVI: ¿Qué tipo de personas eran los apóstoles? Una pregunta que cualquier hombre se puede hacer si no ha leído los santos Evangelios...Por supuesto no era el caso de este gran Pontífice. Se trataba simplemente de una pregunta retorica para dar paso a un análisis profundo sobre este tema tan interesante...

En su libro "Cuando Dios llama" (Ed. Rialp, S.A. 2010) el Papa Benedicto XVI se expresaba en los términos siguientes:

" En pocas palabras, podríamos decir que eran -amigos- de Jesús. Él mismo los llamó así en la Última Cena, diciéndoles: *Ya no os llamo siervos, sino amigos* "

En efecto, como narra san Juan en su Evangelio , el Señor cuando les pone a sus apóstoles, el ejemplo de la vid y los sarmientos para hacerles ver que solo por la permanencia, en Él, unidos a Él , los hombres  podremos alcanzar la vida sobrenatural y sus obras no serán estériles, llega a decirles (Jn 15, 13-17)


"Nadie tiene amor mas grande que el que da la vida por sus amigos/ Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando/ Ya no os llamo siervos , porque el siervo no sabe que hace su señor; a vosotros os he llamado amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído a mi Padre/ no me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os elegí y os he destinado para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto permanezca, para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda/ Esto os mando: que os améis unos a otros"


Por eso sigue diciendo el Papa Benedicto XVI en su libro (Ibid):

"Fueron, y pudieron ser apóstoles y testigos de  Cristo porque eran sus amigos, porque lo conocían a partir de la amistad, porque estaban cerca de Él. Estaban unidos con un vínculo de amor vivificado por el Espíritu Santo " 

Permanecer en el amor es estar en Él; pero ha de ser un amor operativo, que lleve a cumplir la voluntad de Dios como el de los  Doce apóstoles. Tal como sigue diciendo Benedicto XVI en su libro (Ibid):

"Los Evangelios concuerdan al referir que la llamada de los apóstoles marcó los primeros pasos del ministerio de Jesús, después del bautismo recibido de Juan el Bautista (pariente de Jesús), en las aguas del Jordán


Según el relato de san Marcos y san Mateo, el escenario de la llamada de los primeros apóstoles es el lago de Galilea. Jesús acaba de empezar la predicación del Reino de Dios, cuando su mirada se fija en dos pares de hermanos: Simón y Andrés, Santiago y Juan: Son pescadores, dedicados a su trabajo diario. Echan las redes, las arreglan. Pero les espera otra pesca. Jesús los llama con decisión y ellos lo siguen con prontitud: de ahora en adelante serán *pescadores de hombres*. 


El destino de estos -llamados- ,de ahora en adelante, estará íntimamente unido al de Jesús. El apóstol es un enviado, pero, ante todo, es un experto de Jesús...

Para los discípulos comienza un conocimiento directo del Maestro. Ven dónde vive  y empiezan a conocerle. En efecto, no deben ser anunciadores de unas ideas, sino testigos de una persona.

Sobre esta base, la evangelización no será más que un anuncio de lo que se ha experimentado y una invitación a entrar en el misterio de la comunión con Cristo (Audiencia General 22/ 3/2006).  


Según la concepción de san Pablo, aparecen en sus Cartas tres características principales que le convierten a él  y a los demás en apóstoles y son: 1) Haber visto al Señor , 2) Haber sido enviado, 3) El ejercicio del anuncio del Evangelio. 

La primera característica (Haber visto al Señor) queda muy clara en la Carta del apóstol a la Iglesia por el fundada en uno de sus viajes, en  Galacia, situada en el Asia Menor, cuando él les escribió con motivo de la predicación de los judaizantes, que afirmaban la necesidad de la circuncisión  en orden a la salvación, frente a las enseñanzas del apóstol del Señor de la justificación por la fe  sin las obras de la ley. En esta Carta san Pablo llegaba a expresarse así, en un momento dado (Ga 1, 1-16): 

"Hermanos, os aseguro que el Evangelio predicado por mí no es un producto humano/ pues yo no lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo/ Conocéis mi conducta anterior dentro del judaísmo con que crueldad perseguía y trataba de aniquilar a la Iglesia de Dios/ y cómo aventajaba en el judaísmo a muchos de mi edad en conservar con todo rigor las tradiciones de mis antepasados/ Pero cuando Dios me había elegido desde el vientre de mi madre me llamó por su gracia/ y me dio a conocer a su Hijo (había visto al Señor) para que yo lo anunciara entre los paganos, inmediatamente, sin consultar a nadie (Había sido enviado)"


La segunda característica (Haber sido enviado), se puede apreciar igualmente en la Carta a los Gálatas como antes hemos mencionado, era por tanto un apóstol del Señor. En griego precisamente la palabra apóstol significa -enviado, mandado- y por consiguiente san Pablo se llama así mismo apóstol de Jesucristo, delegado suyo, y puesto totalmente a su servicio porque ha recibido una misión que cumplir en su nombre, dejando a parte cualquier otro interés personal.

Por último, la tercera característica es: (El ejercicio del anuncio del Evangelio), es decir, entregado al Evangelio con toda sus existencia. 

Pues bien, el titulo de apóstol  no es ni puede ser honorifico, porque compromete (según Benedicto XVI) concreta y dramáticamente toda la existencia de la persona que lo lleva. Precisamente en la primera Carta a los Corintios san Pablo pone al descubierto esta circunstancia. Se cree que san Pablo llegó a Corinto a finales del año 50 y permaneció allí un año y medio aproximadamente, surgiendo allí, una Iglesia de Cristo que mereció la gratitud y felicitación del apóstol. No obstante, en aquel lugar seguían existiendo graves peligros de tipo moral y religiosos que impedían el buen desarrollo de aquella comunidad de creyentes, que corría el riesgo de ser considerada solamente como portadora de un nuevo tipo  de sabiduría, fuera de la ya conocida por la cultura griega. En definitiva, la lógica helenista chocaba violentamente con la lógica cristiana , problema que san Pablo resolvió (después de su marcha de allí) mediante Cartas en las que recurría a los principios evangélicos y teológicos que son validos para todos los tiempos. 


Sin embargo, había llegado a ser negada  la categoría de apóstol de san Pablo, incluso entre algunos corintios cristianizados, por eso, se expresaba así en aquella primera Carta que les envió (1ª Co  9, 1-3):

"¿No soy libre? ¿No soy apóstol? ¿Es que no he visto a Jesús, Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor nuestro? / Si para otros no soy apóstol para vosotros ciertamente lo soy; pues vosotros sois ,en el Señor, el sello de mi apostolado/ Esta es mi respuesta a los que me critican"

Sí, san Pablo no era como los demás. No se beneficiaba de su ministerio. Se ganaba el pan con su trabajo (2 Co 11, 7ss). Quería ser totalmente libre y ello en lugar de rebajarlo de categoría lo elevaba a los ojos del Señor, porque había renunciado a todo para ser libre y poder entregarse absolutamente a todos, tanto a judíos como a los no judíos, ejerciendo el anuncio del  Evangelio. 









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