LA VIRGEN MARÍA SUFRIÓ JUNTO A SU HIJO *** ESTABA JUNTO A ÉL HASTA SU MUERTE
La Virgen María sufrió junto al Hijo, su Pasión y Muerte en la Cruz. Así narraba San Juan, el Apóstol amado, los hechos históricos acaecidos (Jn 19, 23* 27)
*** Los soldados después de crucificar a Jesús, se apropiaron de sus vestidos e hicieron con ellos cuatro lotes, uno para cada uno. Dejaron a parte la túnica. Era una túnica sin costuras, tejida de una solá pieza de arriba a bajo * Los soldados llegaron a este acuerdo, no debemos dividirla, vamos a sortearla para ver a quién le toca. Así se cumplió este texto de la Escritura
^Dividieron entre ellos mis vestidos y mi túnica la echaron a suerte^
Estaban en pie junto a la Cruz de Jesús su madre (la Virgen María), Maria Cleofas, hermana de su madre, y María Magdalena * Jesús, al ver a su madre junto al discípulo a quien tanto amaba, dijo a su madre
^Mujer, ahí tienes a tu hijo^ * Luego dijo al discípulo ^Ahí tienes a tu madre^
Y desde aquel momento el discípulo la recibió como suya ***
Verdaderamente como diría el Papa San Juan Pablo II durante una catequesis, en concreto, la del 2 de abril de 1997:
***" El hecho de estar ergida (en pie junto a Cruz) recuerda su inquebrantable firmeza y su extraordinaria valentía para afrontar los padecimientos. En el drama del Calvario, a María la sostiene la fe, que se rebustecio durante los acontecimientos de su existencia y sobre todo, durante la vida pública de Jesús.
El Concilio Vaticano II recuerda que ^la bienaventurada Virgen avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo la unión con el Hijo hasta la Cruz^ (LG, Lumen Gentium, 58) " ***
Por su parte, el Papa Francisco en la Homilía del viernes 3 de abril del año 2020 coincidiendo con la fiesta en honor de Nuestra Señora de los Dolores hacía mención a los sufrimientos de ella ante su Hijo crucificado, con estas palabras (Homilías de la Pandemia. Mirar el futuro con esperanza. Romana Editorial, S. L. 2020):
*** "La Virgen nunca pidió nada para sí misma, nunca. Sí para los demás...Soy la madre mirenme, seré la reina madre...No lo dijo nunca. No pidió algo importante para ella, en el Colegio Apostólico. Sólo acepta ser madre... Acompañó a Jesús como discípula, porque el Evangelio muestra que siguió a Jesús, con sus amigas, mujeres piadosas, seguía a Jesús , escuchaba...Seguía a Jesús. Hasta el Calvario. Y allí estaba de pie...la gente seguramente decía: Pobre mujer, lo que sufre, y los malos seguramente dijeron .Ella también tiene culpa, porque si lo hubiera educado bien ésto no habría acabado así . Allí estaba, con el Hijo, con la humillación del Hijo...
Honrar a la Virgen y decid: Esta es mi madre, porque ella es la *Madre*. Y este es el título que recibió de Jesús, justo ahí, en el momento de la Cruz...No la nombró primer ministro ni le dio títulos de funcionalidad. Sólo *Madre* . Y luego, según el libro de los -Hechos de los Apóstoles- , estará en oración con los Apóstoles como una madre. Nuestra Señora no quiso quitarle ningún título a Jesús, recibió el don de ser *Madre* y el deber de acompañarnos como *Madre*... No pidió para sí misma ser cuasi-redentora o una corredentora, -No-.
El Redentor es uno sólo y este título no se duplica"***
En efecto, por eso, las mujeres que miran con terrible dolor al Señor en la Cruz, después tendrán una recompensa inimaginable, ésto decía el Papa Benedicto XVI a este respecto (Jesús de Nazaret. Segunda Parte. Ediciones Encuentros, S. A., Madrid, 2011):
***" Las mujeres miran al Traspasado. Podemos pensar también en las otras palabras del profeta Zacarias :-Harán llanto como el llanto por el hijo único, y llorarán como se llora al primogénito-
Mientras que hasta la muerte de Jesús sólo había habido escarnio y crueldad en torno del Señor, los Evangelios presentan ahora un epílogo reparador que lleva a su puesta en el sepulcro y a la Resurrección. Las mujeres que le habían sido fieles (y entre ellas estaba su madre) están presentes. Su compasión y su amor son para el Redentor muerto"***
Podemos, pues, añadir también tranquilamente la conclusión del texto de Zacarias:
*** "Aquel día habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para lavar el pecado y la impureza...El mirar al Traspasado y el compadecerse se convierte ya de por sí en fuente de purificación. Da comienzo la fuerza transformadora de la Pasión de Jesús" ***
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