SAN SEBASTIÁN MÁRTIR *** EVANGELIZADOR DE LOS GENTILES

 


El cristianismo desde el principio se difundió por las provincias romanas de Europa, Asia y África, de manera que  al finalizar el siglo I d.C,no había lugar  conocido,donde no estuviera presente el Mensaje  de Cristo, pero al mismo tiempo comenzaron las grandes persecuciones contra los cristianos por parte de los paganos. Las diez grandes persecuciones romanas tomaron el nombre de los emperadores que las decretaron y la última fue la ocasionada por Diocleciano,que por otra parte, fue la más larga y cruel. En dicha persecución se utilizaron todo tipo de torturas contra los seguidores de Cristo y se arrasaron ciudades enteras por ser sus ciudadanos mayoritariamente creyentes. Tan larga fue esta última persecución  que  recibió el nombre de -Era de los Mártires-. Precisamente  entre estos Mártires se encuentra San Sebastián, considerado uno de los más conocidos y que  ha gozado de gran devoción por parte de los componentes de la Iglesia católica a lo largo de todos estos siglos.

Los hagiografos  de este santo mártir nos informan de que probablemente nació  en Narbonne, en la Galia,pero sus padres eran de Milán  de manera que él finalmente  pasó su infancia en esta ciudad a la que se trasladaron sus progenitores. Tuvo la gran suerte de recibir una educación cristiana,por eso desde niño fue un ferviente servidor de Cristo. Siendo aún muy joven tuvo conocimiento de las persecuciones que el emperador Diocleciano estaba decretando contra los cristianos,probablemente instigado por los Cesares Maximiano y Galerio, por lo que aunque Sebastián era de naturaleza pacífica y poco inclinado al uso de armas, entró  a formar  parte de ejército de los romanos en torno al año 283, uno de los momentos  más  difíciles  para la población  creyente, con la idea de tener más  posibilidades  de ayudarla contra las persecuciones.

El emperador  Diocleciano ignoraba que Sebastián profesaba la religión cristiana, la cual era considerada por los romanos altamente peligrosa,entre otras razones,  porque ponía al descubierto  la virtud  de sus seguidores frente a los vicios y decadencia moral del paganismo de ellos. Por esta razón, al conocer los méritos militares de Sebastián, le nombró capitán  de la primera compañía de su guardia  pretoriana.

Con esta gran ayuda, Sebastián pudo realizar mejor su labor evangelizadora entre los no creyentes y ayudar a los creyentes en sus dificultades ante la persecución a que estaban sometidos. En este último sentido se cuenta que al tener conocimiento del acoso que estaban sufriendo dos hermanos conversos, llamados Marco y Marcelino,de manera que peligraba su fe, les dirigió una exhortación tal que recobraron la confianza en sus creencias de forma que poco después se enfrentaron valientemente al martirio con el que entregaron sus almas a Dios. 



Se cuenta también que por mediación de este santo, el Señor hizo milagros portentosos, así  sucedió en el caso de una mujer llamada Zoe" que llevaba seis años sin poder hablar y que cuando  Sebastián  hizo la señal de la Cruz  sobre su boca, dejó  de ser muda. Según parece,  como consecuencia  de este suceso, el mismo gobernador  de Roma se convirtió  al cristianismo  y se bautizaron él y sus familiares más  allegados.

Se dice que fue un tal Torcuato,cristiano apostata, el que dio parte al prefecto de la ciudad, de las creencias  de San Sebastián, y este a su vez se lo comunicó al emperador. Por entonces se habían avivado las persecuciones a los cristianos y Diocleciano  al saber que aquel militar al que él mismo había protegido era cristiano, se enfureció  de tal modo que mandó apresarle y lo entregó  a sus arqueros  de Mauritania, para que le matarán a flechazos. Se aplicó la tortura y le dieron por muerto y cuando  una buena mujer, al día  siguiente fue a recoger su cadáver  para enterrarlo lo encontró mal herido pero vivo.Lo llevo a lugar seguro y le curó. Al llegar al emperador la noticia de que  no había podido acabar con el santo, ordenó que le apresaran de nuevo, le golpearan hasta su muerte y sus restos fueran arrojados a las cloacas de la ciudad. Este último deseo del emperador no se cumplió, su cuerpo martirizado no fue a parar a las clocas porque una piadosa mujer transportó el cadáver secretamente  a las catacumbas para enterrarlo con otros Santos Mártires.

Desde tiempos antiguos se ha recordado  a este Santo  Mártir  como el -Defensor de la Iglesia- y su festividad es el 20 de  enero fecha en que se  cree que entregó su alma a Dios.





















 



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