LES PARECIÓ QUE SU ROSTRO ***** ERA COMO EL DE UN ÁNGEL

 

Dice San Lucas en su libro de los -Hechos de los Apóstoles-, al referirse al arresto y martirio  de San Esteban,que todos los que estaban en el Sanedrín fijaron sus ojos en él, y les pareció que su rostro era como el de un Ángel. 

Y ciertamente  era lo más parecido  a un Ángel en medio de aquellas personas que le iban a juzgar, tan solo porque no resistían su sabiduría y espíritu con el que hablaba al pueblo...Y les recordaba cosas como éstas de su antepasado Moisés (Hch 7,  41):

" Al cabo  de cuarenta años,se le apareció en el desierto del monte Sinaí un Ángel entre las llamas de una zarza ardiente/Moisés se maravillo de esta aparición;y al tratar de verla más  de cerca,oyó la voz del Señor;/Yo soy el Dios de  tus antepasados, el Dios de  Abrahán ,de Isaac y de Jacob. Moisés se echó a temblar y no se atrevía a mirar/El Señor le dijo:Quítate el calzado de tus pies,porque el lugar en que estás es tierra sagrada/He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus gemidos y he bajado a librarlos/(...)/Él  es el que le dijo a los israelitas:Dios suscitará de entre vuestro hermanos un profeta como yo/

Él, es quien en la asamblea  del desierto  actuó  de intermediario entre vuestros antepasados y el Ángel  que le hablaba en el monte Sinaí, y quien recibió palabras de vida para tranmitirnoslás/Pero nuestros antepasados no quisieron obedecerle, sino que lo rechazaron y ,acordándose de Egipto con añoranza,/dijero a Aarón :Haznos dioses que nos guíen:porque ese Moisés  que nos sacó de Egipto,no sabemos qué ha sido de él /Hicieron en aquellos días  un becerro presentaron sacrificios al ídolo  y festejaron la obra de sus manos (...)"

Se comprende que recordar estas cosas al pueblo, no le venía bien a los jefes del Sanedrín y  San Esteban lo hacía,incluso lo hizó,frente al tribunal que le estaba juzgando... Por ello,y mucho más,San Esteban representa además del personaje histórico propiamente dicho, los efectos que la venida del Hijo de Dios a la tierra,debe obrar en todos sus seguidores. Son los rasgos admirables con los que San Lucas en su libro nos describe a este diácono y a los otros primeros seis nombrados por los Apóstoles para que les ayudarán en sus tareas y en la  evangelización. Éstas son: Plenitud de gracia y de virtud, fortaleza de espíritu, fe robusta, amor incondicional a Cristo y a las almas, y valor para arrostrar el martirio. 

San Esteban se reveló enseguida como un gran predicador,y era tanta su sabiduría  y coraje para denunciar los pecados contra Dios que lógicamente, aquellos hombres sin piedad que ya habían condenado a Cristo, le ajusciaron por dar testimonio valientemente de su crucifixión y le condenaron a la lapidación, al oír estas palabras (Hch 7, 51-53):

"Vosotros, hombres testarudo,obstinado y sordos,siempre os habéis resistido al Espíritu  Santo. Eso hicieron  vuestros antepasados, y lo mismo hacéis vosotros/A qué profeta no persiguieron  vuestros antepasados? Ellos mataron a los que predijeron la venida del Justo,a quien vosotros  acabáis  de traicionar y asesinar/Vosotros recibisteis la ley por mediación de Ángeles, pero no la habéis cumplido..."

Dice también San Lucas que aquellos hombres al escuchar esta verdades (Hch 7, 55-57):

"Se recomían de rabia en su corazón y rechinaban los dietes  contra  él/Pero Esteban, lleno del Espíritu  Santo, mirando fijamente al cielo,vio la gloria  de Dios y a Jesús  de pie a la derecha de Dios/ Y exclamó: -Veo los cielos abiertos,y al Hijo del hombre de pie a la derecha  de Dios-/ Ellos,dando grandes gritos,se taparon los oídos  y se arrojaron a una sobre él/ Lo echaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo (...)/ Mientras  lo apedreaban, Esteban oraba así: -Señor Jesús, recibe mi espíritu-/ Luego cayó  de rodillas  y gritó  con fuerte voz:-Señor, no tomes en cuenta  este pecado. Y dicho esto expiró "

La Iglesia reza en la festividad de San Esteban y lo hace,por ejemplo,con esta oración:

"Suplicámoste,Señor,nos concedas la gracia de imitar lo que veneramos: Para que aprendamos  a amar a nuestros enemigos; pues celebramos el natalicio de aquel que supo rogar por sus mismos perseguidores a tu Hijo,Nuestro Señor Jesucristo. El  cual vive y reina contigo"