DIJO El SEÑOR **** MIRA QUE PONGO MIS PALABRAS EN TU BOCA



"Dijo el Señor: Mira que pongo mis palabras en tu boca"  Son las palabras  de Dios a Jeremias, cuando éste era muy joven y pensaba que no sería capaz de realizar la misión  que el Señor  le encomendaba. Así  se narra en el libro del Antiguo  Testamento dedicado al profeta Jeremias su vocación y misión (Jr 1, 4-10):

"El Señor  me habló así / Antes de formarte en el vientre te conocí;antes que salieras del seno te consagré,te constituí profeta de las naciones /Yo dije: Ah, Señor,mira que no sé hablar, pues soy un niño! / Y el Señor  me respondió:No digas -soy un niño- porque irás adonde yo te envíe y dirás todo lo que yo te ordene/ No les tenga miedo, pues yo estoy contigo para librarte, oráculo  del Señor/ Entonces el Señor alargó  su mano,tocó  mi boca y me dijo: -Mira,que pongo mis palabras en tu boca: / en este día  te doy autoridad sobre naciones y reinos,para arrancar y arrasar,para destruir y derribar,para edificar  y plantar-"

Son palabras fuertes del Señor a una persona  muy joven pero que probó sobradamente  que su elección  era excelente,ya que siempre mostró  fidelidad absoluta y total entrega a la misión difícil que Dios le encargaba.Toda su vida fue un continuo esfuerzo, una intensa lucha por conseguir la conversión de su pueblo,el pueblo elegido por Dios...Su misión profética se desarrolló en tiempos difíciles, donde los desastres y ruinas acompañaban  al pueblo elegido. El Señor nunca dejó  sin embargo, de hablar a su pueblo a través del profeta,ofreciendo a los suyos la Nueva Alianza de la salvación. 

Jeremías, hijo del sacerdote Hélcias,nació hacia el año 650 a.C,en Anatot al este de Jerusalén, en la tribu de Benjamín;era muy joven,algunos hagiografos aseguran que sólo tenía trece años,  cuando sintió la llamada del Altísimo, para ser profeta de las naciones y hacer frente a toda la tierra,a reyes,a príncipes,a sacerdotes...Fueron numerosas las injurias, los largos encarcelamientos, y fue muy dura en general su vida pero nunca dejó de cumplir su compromiso con Dios, pues Él  había puesto -su palabra en la boca del profeta-...Como varón de dolores,no comprendido por sus contemporáneos, Jeremías  es entre los profetas un ejemplo conmovedor del hombre paciente, y que comprometido  con la historia de los suyos,contribuyó en gran medida,al nacimiento y formación  de un nuevo pueblo,el pueblo  de la Nueva Alianza...


Recordando precisamente la vocación  del profeta Jeremías, el Papa San Juan Pablo II se dirigió a los componentes de las Universidades Pontíficias de Roma un 25 de octubre del año 1985,con motivo del nuevo año académico en los términos siguientes (Homilía de la Santa Misa):

" Al comienzo del nuevo año académico en las universidades pontificias y en los colegios eclesiásticos de Roma, queremos haceros conscientes, a la luz de estas palabras,que la enseñanza de Jesús continúa. Continúa en toda la Iglesia. Y puesto que la Iglesia es enviada al mundo,continúa en el mundo. En efecto,Cristo yendo al Padre,dijo:"Id por todo el mundo y predicad" (Mc 16,16); "haced discípulos a todas las naciones" (Mt 28,19). Por eso,la enseñanza de Cristo continúa en la Iglesia, asumiendo múltiples formas,utilizando métodos, que varían según quien aprende y quién enseña"

Estas últimas palabras nos hacen reflexionar sobre la situación de la Iglesia en estos momentos, cuando el ambiente contrario a sus enseñanzas es la norma a seguir...Por eso esta Homilía de un Papa santo viene como - anillo al dedo-, tal como se suele decir... Ciertamente el compromiso de la Iglesia por proclamar el Mensaje de Cristo sigue más vigente que nunca y seguirá siendo así hasta el final de los tiempos,aunque para ello tengamos los cristianos  que utilizar métodos distintos para ello,  eso sí ,ajustándose siempre a la Palabra de Dios...En este sentido decía  el Papa San Juan Pablo II (Ibid):


"Sí, la enseñanza es una forma particular de participación en la misión profética de Jesucristo. Recordad esto todos,los que enseñan y los que aprenden,profesores y alumnos. Participar en la misión  profética de Cristo,en su -munus profeticum-, significa actuar en plena obediencia a la verdad, que Él anunció y proclama constantes a través de la Iglesia. Hacia la verdad que es él  mismo.

Cuan elocuente,pues,también el hecho de que el,profeta Jeremías tiene miedo,está sobrecogido ante Dios que lo llama y ante la verdad que también es difícil.  Es la Buena Nueva!, aunque a veces no sea fácilmente aceptada por los intelecto, las mentalidades, las costumbres humanas!...

Es necesario, pues, al comienzo del nuevo año académico,que el  Señor -toque- vuestra boca, queridos profesores y alumnos,y que -toque- vuestras mentes y vuestros corazones,para que en las diferentes formas que corresponden a vuestros deberes,os oigáis decir: "He aquí, pongo mis palabras en tu boca"






















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