La Iglesia Católica desde siempre, y muy particularmente en los últimos siglos,ha contribuido a la defensa y dignidad de las mujeres...Son muchos los ejemplos que a este respecto podríamos citar, pero queremos recordar en primer lugar,los esfuerzos del Papa San Juan Pablo II en este sentido,puestos de manifiesto en tantas ocasiones durante su Pontificado. Así por ejemplo, en su conocida -Carta a las mujeres- ,emitida desde el Vaticano el 29 de Junio del año 1995,entre otras muchas cosas de gran interés para ellas,venía a decir:
"A cada una de vosotras dirijo esta carta con objeto de compartir y manifestar mi gratitud,en la proximidad de la IV Conferencia Mundial sobre la mujer, que tendrá lugar en Pekín el próximo mes de septiembre (...).
Te doy gracias,mujer-madre,que te conviertes en el seno del ser humano, con la alegría y los dolores del parto,en una experiencia única, la cual te hace sonrisa de Dios para el niño que viene a la luz y te hace guía de sus primeros pasos, apoyo de su crecimiento, punto de referencia en el posterior camino de la vida.
Te doy gracias, mujer-esposa,que unes irrevocablemente tu destino al de un hombre, mediante una relación de recíproca entrega,al servicio de la comunión y de la vida.
Te doy gracias,mujer-hija y mujer-hermana,que aportas al núcleo familiar y también al conjunto de la vida social las riquezas de tu sensibilidad, intuición, generosidad y constancia.
Te doy gracias mujer-trabajadora,que participas en todos los ámbitos de la vida social,económica, cultural, artística y política, mediante la indispensable aportación que das a la elaboración de una cultura capaz de conciliar razón y sentimiento, a una concepción de vida siempre abierta al sentido de misterio,a la edificación de estructuras económicas y políticas más ricas de humanidad.
Te doy gracias mujer-consegrada,que a ejemplo de la más grande de las mujeres, la Madre de Cristo, Verbo encarnado,te abres con docilidad y fidelidad al amor de Dios,ayudando a la Iglesia y a la humanidad a vivir para Dios una respuesta -esponsal- ,que expresa maravillosamente la comunión que Él quiere establecer con su criatura.
Te doy gracias mujer por el hecho mismo de ser
mujer!Con la constitución propia de tu feminidad enriqueces la comprensión del mundo y contribuyes a la plena verdad de las relaciones humanas"
Este santo y sabio Pontífice, se daba cuenta también que no era suficiente con dar gracias a las mujeres por su papel indispensable en la historia de la humanidad.Era necesario sobre todo pedirlas perdón por los sufrimientos que han padecido y aún padecen por causa de tantos hombres injustos y pecadores..., que no por parte de la Iglesia...Por eso él, las pidió perdón en esta misma Carta y en tantas otras ocasiones...No,la Iglesia como institución, no ha olvidado nunca el papel extraordinario que tiene la mujer en el mundo, por el contrario, siempre la ha considerado una criatura de Dios muy especial, destinada a ser la Madre de su Unigénito Hijo, en la persona de la Virgen María...Ciertamente al finalizar su carta,el Santo Padre viene decir (Ibid):

"Vosotras veis queridas hermanas,cuántos motivos tiene la Iglesia para desear que se dé verdaderamente su debido relieve al -genio de la mujer-, teniendo en cuenta no sólo a las mujeres importantes y famosas del pasado o a las contemporáneas,sino también a las sencillas,que expresan su talento femenino en el servicio de los demás en lo ordinario de cada día. En efecto,es dándose a los otros en la vida diría como la mujer descubre la vocación profunda de su vida;ella quizás más aún que el hombre ve al hombre,porque lo ve con el corazón"
Sin duda por eso,Dios, de la descendencia de Eva,eligió a la Virgen María para ser la Madre de su Unigénito Hijo;Ella,desde el mismo instante de su concepción fue totalmente preservada de la mancha del pecado original y permaneció pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida. Por otra parte, Ella colaboró por su fe y obediencia libres,a la salvación de los hombres.
Además,como podemos leer en el Documento de la Iglesia -Lumen Gentium- (LG 56): "Ella pronunció su -Fiat- ocupando el lugar de toda la naturaleza humana; por su obediencia, ella se convirtió en la nueva Eva, madre de los vivientes (C.I.C.n.511)"
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