LOS SIETE DIÁCONOS **** Y LA IGLESIA NACIENTE



Sucedió que siguiendo el mandato de su Maestro, Nuestro Señor Jesucristo, los Apóstoles iniciaron la evangelización de los pueblos de forma inmediata, después de la venida sobre ellos del Espíritu Santo,estando presente la Virgen María, en la fiesta de Pentecostés. El evangelista san Lucas narró los hechos historicos acaecidos en su libro de - Los Hechos de los Apóstoles-, inserto en el Nuevo Testamento de la Sagrada Biblia. El número de personas que los seguían para escuchar sus enseñanzas, fue aumentando tan rápidamente que necesitaron ayuda y decidieron,inspirados por el Espíritu Santo, elegir entre los hombres algunos de estos, para que les ayudarán, en principio, a atender debidamente en sus necesidades materiales.Eligieron entonces siete Diáconos para que colaboran con ellos,y actuarán como delegados suyos no sólo interesándose por su bienestar corporal sino también  por el espiritual, ayudándoles (a los Apóstoles) en la celebración de los divinos  Misterios y en la predicación del Mensaje de Cristo. 


Es evidente que Dios desde el principio creó su Iglesia con una Cabeza, Nuestro Señor Jesucristo, y como Vicario suyo a San Pedro,Primer Pontífice de la Iglesia Católica; unos ministros, los Apóstoles , y unos ayudantes de éstos, los Diáconos cuyo papel es también muy relevante en el ministerio de la Iglesia. El Concilio de Trento,en este sentido, específico que en la Iglesia de Cristo existe una jerarquía por ordenación divina, que consta de Obispos,Presbíteros y Ministros.Por otra parte, en el Concilio Vaticano  II aclaró y completó lo dicho en el Concilio de Trento,determinando tres grados y llamando Diáconos y no Ministros al tercer grado.

Es evidente que la  Iglesia Católica no tuvo sus bases en los laicos que seguían a los Apóstoles y a los Diáconos para escuchar el Mensaje de Cristo,bautizarse y formar parte de la Iglesia como su grey con la esperanza de alcanzar la vida eterna al lado del Dios Trino, nuestro Creador. Los tiempos han cambiado mucho,pero el mandato de Dios respecto a su Mensaje (Decálogo) y su Iglesia no se puede cambiar porque estaríamos contraviniendo las leyes de Dios...


Así narraba San Lucas los acontecimientos que tuvieron lugar después que Cristo fundara su Iglesia tras la llegada del Espíritu Santo sobre sus Apóstoles en la fiesta de Pentecostés (Hch 6,1-7):

"Por estos días, como se multiplicase el número de los discípulos, se produjo un murmullo entre los helenistas contra los hebreos, sobre que eran desatendidas sus viudas en el suministro cotidiano/ Habiendo los Doce convocado la multitud de los discípulos, dijeron: No parece bien que nosotros dejando la Palabra de Dios, nos empleemos en servir las mesas/ Poned,pues los ojos,hermanos,en siete varones de entre  vosotros, bien reputados, llenos de Espíritu  y de sabiduría, a quienes propondremos al frente del servicio/ nosotros por nuestra parte,perseveraremos dedicados a la oración  y al ministerio  de la palabra/ Y pareció bien lo propuesto, a los ojos de la multitud, y escogieron a Esteban, hombre lleno de la fe y de Espíritu Santo, a Felipe,Prócoro,Nicanor,Timón,Pármenas y Nicolao (proselito agregado al judaísmo) antioqueno/ a los cuales  presentaron ante los Apóstoles, y, haciendo oración les impusieron las manos/ Y la Palabra de Dios iba creciendo, y se multiplicaba el número  de los discípulos en Jerusalén, y gran muchedumbre de sacerdotes se sometía a la fe"


Verdaderamente los Apóstoles actuaron,en esta ocasión, con premura y gran sentido de la responsabilidad, ante una situación donde la tensión entre los distintos miembros de la comunidad cristiana se hacía notar.Por eso,recordando probablemente los consejos, de su Maestro, fueron capaces de reconciliar a todos con su propuesta de instituir un diaconado  formado por siete hombres muy especiales  que supieron estar a la altura de las circunstancias como pone de relieve el libro de los Hechos de los Apóstoles del evangelista San Lucas, destacando en especial las figuras de san Esteban y de san Felipe. Por desgracia la Iglesia primitiva de Cristo,muy pronto fue perseguida y sus miembros tuvieron  que dispersarse tras la muerte del protomartir,san Esteban.

San Pedro y los demás Apóstoles habían demostrado ya con sus predicaciones que Jesús era el Mesías esperado por el pueblo judío; los Diáconos van a continuar sobre la labor de éstos para resaltar el Mensaje de Cristo. En concreto, san Esteban lleno de la gracia de Dios, en sus discursos les recuerda a los judíos la historia de su pueblo, llena de infidelidades hacia el Creador,eso les esaspera les llena de odio hacia  él, pero él valientemente termina sus razonamientos con estas palabras (Hch 7, 51-53):


"Duros de cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos. Vosotros siempre resistís al Espíritu Santo, como vuestros padres, también vosotros/ ¿A qué profeta no han perseguido vuestros padres? Mataron también a los que anunciaban la venida del Justo,del que vosotros  ahora os habéis hecho traidores y asesinos/ vosotros que recibisteis Ley por ministerio de los ángeles y no la habéis guardado "

Al final de su largo discurso el Diaco estaría agotado  pero seguramente se sentiría consolado y lleno del Espíritu Santo, dispuesto para el martirio...Sí, los hombres aquellos de corazón endurecido por el pecado,  al oir aquellas palabras, ardían de rabia y rechinaban los dientes contra él, pero dice san Lucas en su narración de los hechos (Hch 7, 55-58): " Él lleno del Espíritu Santo, mirando el cielo,vió la gloria de Dios y a Jesús de pie a la derecha de Dios/ y dijo: Mirad,veo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios/ Entonces gritando con fuerza,se taparon los oídos y se arrojaron todos a una contra él/ y sacándole fuera de la ciudad lo apedrearon"

Cuenta también San Lucas en su libro que los cristianos. que se habían dispersado a raiz de este terrible suceso  siguieron sin embargo anunciando el Evangelio por donde pasaban. Uno de estos valientes era el Diacono llamado Felipe (Hch 8, 4-8):


" Felipe bajó a una ciudad de Samaría y les predicaba a Cristo/ La muchedumbre atendía con un mismo espíritu a lo que decía  Felipe, porque  oían  y veían los milagros  que hacía: / Pues muchos de ellos tenían espíritus inmundos, salían estos dando grandes voces y muchos paralíticos y cojos fueron curados/ Por lo que hubo gran alegría en aquella ciudad"

Vemos por tanto, que con la muerte de Esteban comenzó una gran persecución  de los cristianos en Jerusalén, pero por otra parte, esto sirvió  para que se extendiera antes el Mensaje de Cristo por toda Palestina e incluso más  allá  de sus fronteras. Precisamente Felipe llegó a bautizar a un etíope. Así narraba san Lucas este bonito  suceso en su libro de los Hechos (Hch 8, 26-40): "El ángel del Señor habló a Felipe y le dijo:Levántate y ve hacia mediodía, por el camino  desierto que baja de Jerusalén a Gaza/ Se levantó y se puso en camino. Y he aquí que un etíope eunuco,ministro de Candace,reina de Etiopía, superintendente de todos sus tesoros, que había venido a Jerusalén  a adorar/regresaba sentado en su carruaje y leía al profeta Isaías/Dijo entonces el Espíritu a Felipe: <<Acércate y ponte junto junto a ese carruaje>>/ Felipe se apresuró y oyó  que leía al profeta Isaías, y le dijo: ¿Entiendes  acaso lo que lees? /El respondió: ¿Cómo podré si nadie me guía?Y rogó  a Felipe  que subiese y se sentara con él /El pasaje de la Escritura que iba leyendo era éste:


<<Como oveja fue llevado al matadero,y como cordero mudo ante el que lo esquila;así no abrió  su boca/ En su humillación le fue negada la justicia.  ¿Quién contará su posteridad? Porque su vida es arrebatada de la tierra>>

Entonces el eunuco preguntó a Felipe:<<Te ruego me digas,¿de quien dice esto el profeta, de si mismo o de algún otro?/ Felipe tomó entonces la palabra  y comenzó  por este pasaje de la Escritura y le anunció a Jesús/ Mientras iban de camino, llegaron a un lugar  donde había agua y dijo el eunuco.<<Aquí hay agua, ¿qué impide que yo sea bautizado?>> / <<Dijo Felipe: Si creés  de todo corazón, es posible>>. Respondió  él: -Creo que Jesucristo  es el Hijo de Dios- / Mandó detener el carruaje y ambos bajaron al agua,y lo bautizó / Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe, y no lo vió más el eunuco, que continuaba su camino lleno de alegría/ Entre tanto Felipe se encontró en Azoto,y fue evangelizando por todas las ciudades por donde pasaba,hasta llegar a Cesárea"


Esta labor evangelizadora  del Diacono Felipe supuso la primera entrada del Mensaje de Cristo en el continente africano, dejando constancia de la Universidad de la Iglesia de Católica.  Por otra parte, es importante observar  que el punto de partida de la conversión del eunuco fue la profecía de Isaías sobre la Pasión y Muerte de Cristo. Sin duda nuestro Señor Jesucristo vino al mundo  para salvarlo y ahora en nuestros días también lo salvará del mortal enemigo. 








































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