JESUCRISTO VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBRE **** MISTERIO CENTRAL DE NUESTRA FE



Como aseguraba el Papa San Juan Pablo II (Audiencia General del miércoles 27 de enero de 1988):

"Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre: Es el Misterio central de nuestra fe y es también la verdad clave en el análisis cristologico...Este Jesús que,a través de todo lo que -hace y enseña- da testimonio de sí  como Hijo de Dios, a la vez se presenta a sí mismo  y se da a conocer como verdadero hombre. Todo el Nuevo Testamento y en especial los Evangelios atestiguan de modo inequívoco esta verdad, de la cual Jesús tiene un conocimiento clarísimo y que los Apóstoles y Evangelistas conocen, reconocen y transmiten sin ningún género de duda"

Esta afirmación    de un Papa santo sobre la figura de Jesucristo, es un valor inestimable en nuestros días donde las dudas y recelos se han implantado en una gran parte de la humanidad y han  dado lugar al reencuentro con herejías presentes en la antigüedad, que fueron causantes de grandes males para la Iglesia de Cristo...

Por eso, siguiendo el razonamiento del Papa es necesario que(Ibid): 

"Frente a estas tendencias opuesta ( al misterio central de nuestra fe), la Iglesia profese y proclame la verdad sobre Cristo como Dios  y verdadero  Hombre; una Persona, la -divina del Verbo- , subsiste en dos natulezas, la divina y la humana, como enseña el Catecismo...Es un profundo Misterio de nuestra fe: Pero encierra en sí muchas luces.


Jesús tiene un cuerpo sometido al cansancio, al sufrimiento,  un cuerpo mortal. Un cuerpo que al final sufre las torturas del martirio,  mediante la flagelación, la corona de espinas y ,por último,  la crucifixión. Durante la terrible agonía, mientras moría en el madero de la Cruz, Jesús pronunció aquel -Tengo sed- ( Jn 19, 28), en el cual está contenida una última, dolorosa y conmovedora expresión de la verdad de su humanidad.



Sólo un verdadero hombre ha podido sufrir  como sufrió  Jesús en el Golgota, sólo un verdadero hombre ha podido morir como murió verdaderamente Jesús. Esta muerte la constataron muchos testigos oculares, no sólo amigos y discípulos sino,como leemos en el Evangelio de san Juan,  los mismos soldados que, llegando a -Jesús como lo vieron ya muerto, no le rompieron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado, con una lanza, y al instante salió  sangre y agua (Jn 19, 33-34).


 *Nacido de Santa María Virgen,padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado*: 

Con estas palabras del Símbolo de los Apóstoles, la Iglesia  profesa la verdad del nacimiento y muerte de Jesús.  La verdad de la Resurrección se atestigua inmediata  después  con estas palabras  : *Al tercer día Resucitó de entre los muertos *

Por otra parte, ningún evangelista describió como tuvo lugar la Resurrección del Señor. Este es un hecho que se desarrolló en el secreto de Dios,entre Jesús  y el Padre,un proceso que nosotros  no podemos describir y que por su naturaleza  escapa a la experiencia humana. En este punto, es interesante reflexionar sobre las palabras del Papa Benedicto XVI sobre este tema : "Para comprender correctamente  otro elemento ( comió con sus Apóstoles y se apareció y habló con ellos durante cuarenta días) es de capital importancia la palabra usada  por San  Lucas: Synalizómenos. Traducida literalmente, significa: comiendo con ellos. Indudablemente san Lucas ha elegido a propósito esta palabra ¿Cuál es su significado?.


En el Antiguo Testamento es comer en común pan y sal, o también sólo sal, sirve para hallar sólidas alianzas (Nm 18,19; 2 Cro 13,5). La sal es considerada como garantía de durabilidad. Es remedio contra la putrefacción, contra la corrupción que forma parte de la naturaleza de la muerte. Cada vez que se toma alimentos se combate la muerte;es un modo de conservar la vida. El -comer sal-  de Jesús, después de la Resurrección, que de este modo se nos muestra como signo de vida nueva y permanente, hace referencia al banquete nuevo del Resucitado con los suyos.

Es un acontecimiento de alianza y, por ello,está en íntima conexión con la Última Cena, en la cual el Señor había instituido la Nueva Alianza. 


Así, la clave misteriosa de comer sal expresa un vínculo entre la comida anterior a la Pasión de Jesús y la Nueva Comunión  de mesa del Resucitado:Él  se da a los suyos como alimento  y así los hace partícipes de su vida, de la Vida misma...No nos podemos imaginar cómo era concretamente la comunión de mesa con los suyos. Pero podemos reconocer su naturaleza interior y ver que en la Comunión litúrgica, en la celebración de la Eucaristía, estar a la mesa del Resucitado continúa, aunque de modo diferente "(Jesús de Nazaret.Desde la entrada en Jerusalén hasta la Resurrección;Ed.Encuentro,S.A. Madrid. 2011).

En definitiva, Dios asumió la condición humana para sanarla de todo lo que le separa de Él, y para permitirnos llamarle, en su Hijo unigénito, con el nombre de Abbá (Padre), y ser verdaderos hijos de Dios. San Ireneo afirmaba que : "Este es el motivo por el cual el Verbo se hizo hombre: Para que que el hombre,entrando en comunión con el Verbo y recibiendo de este modo la filiación divina, llegará a ser hijo Dios" (Adversus  haereses, 3,19, 1:PG 7, 939)































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