LA ACCIÓN DE TENTAR A DIOS CONSISTE EN PONER A PRUEBA***** SU BONDAD Y OMNIPOTENCIA
En tiempos difíciles en los que algunos hombres quieren poner en entredicho las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo, los creyentes deberíamos recordar, que como leemos en el Catecismo de la Iglesia Católica (n*2119): "La acción de tentar a Dios consiste en poner a prueba, de palabra o de obra su Bondad y su Omnipotencia. Así es como Satán quería conseguir de Jesús que se arrojará del Templo y obligase a Dios (Padre) ,mediante este gesto, a actuar (Lc 4,9). Jesús le opone las palabras: <No tentarás al Señor tu Dios> . El reto que contiene este tentar a Dios lesiona el respeto y la confianza que debemos a nuestro Creador y Señor. Incluye siempre una duda respecto a su Amor, su Providencia y su Poder"
Los seres humanos somos débiles y siempre estamos expuestos a los ataques malignos de Satán. Ya en tiempos de nuestro Señor Jesucristo o mejor dicho, después de su Muerte y Resurrección, sus Apóstoles se vieron obligados a recordarles a sus seguidores que no debían tentar al Señor, ponerle a prueba, porque ello no era agradable a Dios...Así sucedió en el caso de los habitantes de Corinto, que en tiempos de San Pablo, era la capital de la provincia de Acaya y residencia del Procónsul romano.
En efecto, por eso, como dice san Pablo en su Carta (Co 10, 6-11): " Estas cosas sucedieron en figura para todos, al objeto de que no codiciemos lo malo como codiciaron ellos/ Ni seamos idólatras, como algunos de ellos, según está escrito.../ Ni forniquemos como algunos de ellos fornicaron, y murieron en un solo día veintitrés mil/ No tentemos a Dios, como algunos de ellos lo tentaron, y perecieron mordidos por las serpientes/ Ni murmuremos como murmuraron algunos de ellos, y murieron por el exterminador/ estas cosas sucedieron en figura y fueron escritas como aviso para los que hemos llegado a la plenitud de los tiempos..."
Ciertamente querer olvidar la doctrina de Cristo, Dios y Hombre verdadero, supone dudar de su Amor, Providencia y Poder. Querer cambiar la Ley de Dios, es una forma terrible y, muy peligrosa de tentar a Dios. Los laicos tenemos un papel importante en la Iglesia Católica sin necesidad de violentar o negar las Leyes del Creador y los deseos de Nuestro Señor Jesucristo.
En efecto, como se reconoce en la Exhortación Apostólica Post-Sinodal <Christifideles Laici >, dada en Roma el 30 de diciembre de 1988:
"Los fieles laicos, cuya vocación y misión en la Iglesia y el mundo...ha sido tema del Sínodo de los Obispos de 1987, pertenecen a aquel pueblo de Dios representados en los obreros de la viña, de los que habla el Evangelio de san Mateo (Mt 20, 1-16): " <El Reino de los Cielos es semejante a un propietario, que salió a primera hora a contratar jornaleros para su viña/ Habiendo ajustado con los jornaleros en un denario al día, los envió a su viña/ Salió también hacia la hora tercera y vio a otros que estaban en la plaza parados y les dijo:
"Id también vosotros a la viña y os daré lo que sea justo"/ Ellos fueron. Salió hacia la hora sexta y a la nona lo mismo/ Salió cerca de la hora undécima y encontró a otros que estaban parados, y les dijo:
"¿Por qué estáis ahí ociosos todo el día?"/ Le dijeron: "Porque nadie nos ha contratado ", Él les dijo:
"Id también vosotros a la viña...>
El Papa san Juan Pablo II seguía diciendo, en este sentido, en su Carta Apostólica (Ibid):
" Esta parábola despliega ante nuestra mirada la inmensidad de la viña del Señor y la multitud de personas, hombres y mujeres, que son llamados para que tengan trabajo en ella. La viña es el mundo entero, que debe ser transformado según el designio divino en vista de la venida definitiva del Reino de Dios "
Un dato interesante es el hecho de que el dueño de la viña llama a los obreros a distintas horas de la jornada, un detalle que según el Papa san Juan Pablo II era explicado por san Gregorio Magno de una manera especial (Ibid):
"Las diversas horas de las llamadas las ponía en relación con las edades de la vida...La ancianidad (por ejemplo) representa la hora novena, porque el sol declina desde lo alto de su eje...Podemos asumir y ampliar el comentario de san Gregorio Magno en relación a la extraordinaria variedad de personas presentes en la Iglesia, todas y cada una llamadas a trabajar por el advenimiento del Reino de Dios, según la diversidad de vocaciones, diferencias de sexo y la diversidad de dones a las vocaciones y condiciones de vida; es una variedad que hace más viva y concreta la riqueza de la Iglesia..."
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