EL PRIMADO DEL PAPA Y **** LA UNIDAD DEL PUEBLO DE DIOS



*El Primado del Papa y la unidad del pueblo de Dios* es el título de la Conferencia del Arzobispo de Múnich y Freising, Cardenal de la Iglesia Católica Joseph Ratzinger, que sirvió de cierre al Simposio Científico dedicado al tema: -Un servicio a la unidad- ,sobre la esencia y la misión del ministerio de Pedro, organizado por la Academia Católica de Baviera, que tuvo lugar en Roma, del 11 al 14 de octubre de 1977.En tiempos tan preocupantes para la Catedra de Pedro, nos ha llamado, como  es natural, la atención,  no sólo  por el título sino por el contenido...

Dicha Conferencia está estructura sobre dos grandes apartados que el por entonces Cardenal Joseph Ratzinger titulaba así: 1)El fundamento espiritual del Primado y la Colegialidad ;2)Una prueba  retrospectiva: La estructura martirial del Primado.

Cerraba tan interesante  Conferencia el Cardenal Joseph Ratzinger con esta conclusión  sobre la situación de la cristiandad (a finales de los años setenta):"Sería necio esperar que en tiempo previsible se produzca un acuerdo generalizado de la cristiandad respecto al Papado, en el sentido de un reconocimiento de la sucesión de Pedro en Roma.


Tal vez también forme parte del inevitable vínculo y de los límites de este cargo el que jamás pueda desempeñarse a plenitud y, por tanto tenga que experimentar la oposición de los propios creyentes cristianos, que destacan  en él, no lo que es -poder vicarial-, sino -poder arbitrario-. No obstante, una función unificada del Papa que vaya más allá de la Comunidad de la Iglesia Católica Romana puede, precisamente, obrar buenos resultados. 

El Papa, aún en pugna contra las propias exigencias de su cargo, seguirá siendo, de cara al mundo, un punto de referencia de la responsabilidad personal expresada por la palabra de la fe y de ese modo, constituye un reto percibido por todos y  a todos  efectos en la búsqueda de una mayor fiabilidad a esa palabra; así mismo significa un desafío en la lucha por conquistar esa unidad y responsabilidad por el déficit de ella...


Para el Papa y para la Iglesia Católica, la crítica al Papado por parte de los no católicos seguirá siendo un acicate en la búsqueda de una materialización del servicio de Pedro que sea más adecuada a la figura de Cristo;  para la cristiandad no católica, a su vez, el Papa es un desafío visible y permanente en aras de la unidad permanente concreta que se le ha encargado a la Iglesia y su marca distintiva ante el mundo. Ojalá que ambas partes consiguiéramos aceptar, cada vez con menos prejuicios, la cuestión  que se nos ha formulado y la misión que se nos ha encomendado, y de ese modo, dentro de la obediencia al Señor, convertirnos en ese espacio de paz que prepara el nuevo mundo, el Reino de Dios " 

Pasados ya algo más de cuarenta años , los buenos deseos del Cardenal Ratzinger, que llegó a ser Papa con el nombre de Benedicto XVI (2005-2013), no se han cumplido, es más, parece que  la Iglesia de Cristo está abocada a una ruptura drástica. A una ruptura no externa, sino interna, a causa de lo que se ha dado en llamar el -espíritu del Concilio- , refiriéndose al Concilio Vaticano II  y que ya se está empezando a llamar el -espíritu del Sínodo- ( recientemente clausurado).


En la actualidad, se acusa a la Iglesia Católica de intolerancia y a la fe cristiana de considerarse universal ... A este respecto decía este mismo Pontífice en su libro póstumo publicado recientemente ( Qué es el cristianismo; La Esfera de los libros, S.L., 2023): 

"En la actualidad, la religión cristiana se considera como una continuación de las religiones del mundo y concebida ella misma como una religión entre las demás o por encima de las demás...Se entiende así misma esencialmente  como verdad y basada en ello nace su pretensión de universalidad. Es aquí precisamente donde se introduce la crítica actual al cristianismo, que considera la pretensión de verdad como intolerante en sí misma. Verdad y tolerancia parecen estar en contradicción. Al parecer, la intolerancia del cristianismo  está íntimamente ligada a la pretensión de la verdad. Subyace a esta concepción la sospecha de que la verdad resulta peligrosa en sí misma. Por eso, la tendencia de fondo de la modernidad se dirige cada vez con mayor claridad hacia una forma de cultura independiente de la verdad"


"En la cultura posmoderna -que hace del hombre el creador de sí mismo y discute el dato originario de la creación- se manifiesta una voluntad de recrear el mundo en contra de la verdad...ello conduce a la intolerancia...En cuanto  a la verdad, me remito a Orígenes: *Cristo no consigue ninguna victoria sobre quienes así no lo quieren. Solo gana por persuasión. No en vano es la Palabra de Dios*...La victoria en la fe solo puede alcanzarse en la comunión con Jesús crucificado "

Como advertía también el Papa san Juan Pablo II ( Audiencia General  del 29 de noviembre de 1978): "La verdad del cristianismo corresponde a dos realidades fundamentales que no podemos perder de vista. Las dos están estrechamente relacionadas entre sí, y justamente este vínculo íntimo , hasta el punto de que una realidad parece explicar la otra, es la nota característica del cristianismo.  



La primera de las realidades se llama *Dios* y la segunda *el hombre*.El cristianismo brota de una realidad particular entre Dios y el hombre. En los últimos tiempos, especialmente a partir del Concilio Ecuménico Vaticano II, se discute mucho sobre si dicha relación es teocéntrica (Dios es el centro del Universo) o antropocéntrica (el hombre es el centro del Universo).

Si seguimos considerando los dos términos de la cuestión, jamás se obtendrá una respuesta satisfactoria a esa pregunta. De hecho el cristianismo es antropocéntrico precisamente porque es plenamente teocéntrico; y al mismo tiempo es teocéntrico gracias a su antropocentrismo singular. 


Es cabalmente el misterio de la Encarnación el que explica por sí mismo esta relación. Y justamente por eso el cristianismo no es solo una religión de -Adviento-, sino el -Adviento- mismo. El cristianismo vive el misterio de la venida real de Dios hacia el hombre, y de esta realidad palpita y late constantemente. Esta es sencillamente la vida del cristianismo. Se trata de una realidad profunda y sencilla al mismo tiempo...Para comprender hasta fondo esta doble realidad de la que late y palpita el cristianismo hay que remontarse hasta los comienzos mismos de la Revelación o, mejor, hasta el comienzo del pensamiento humano..." 

Oremos por el Papa Francisco y por el cristianismo para que se tengan en cuenta todas estas cosas y los enemigos de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana  no lleven a cabo sus proyectos...  




































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