CRISTO PREPARÓ **** Y EDIFICÓ SU IGLESIA

 

"El Señor Jesús  dotó a su comunidad de una estructura que permanecerá hasta la plena consumación del Reino" (C.I. Católica n* 765). Preparó y edificó su Iglesia.

En efecto, la Iglesia Católica  es apostólica y fue edificada por Jesucristo sobre el sólido cimiento que son los Doce Apóstoles  del Cordero, tal como leemos en el libro del Apocalipsis del Apóstol san Juan (Ap 21, 9-14):

"Uno de los siete Ángeles que tenían las siete copas llenas de las últimas plagas se acercó a mí  y me dijo:* Ven, que te voy a mostrar la esposa del Cordero * / Y me llevó en espíritu sobre un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo de junto a Dios/ con la gloria misma de Dios :su esplendor era como el de una piedra preciosísima, como el jaspe cristalino/ Tenía un muro grande y alto con doce puertas; sobre las puertas, doce ángeles y nombres escritos, los de las doce tribus de Israel/ Al oriente, tres puertas; al norte, tres puertas; al mediodía, tres puertas; al occidente, tres puertas/ El muro de la ciudad tenía  doce fundamentos, y sobre ellos doce nombres  los de los doce Apóstoles  del Cordero "

La Jerusalén celeste es descrita por el Apóstol san Juan como la ciudad de la luz y de la vida. El vidente parece tener como referencia  al profeta Ezequiel  cuando en su libro describe el Reino Mesiánico (40, 1- 48, 35)... Sus medidas, números, esplendor...significan la perfección...La nueva ciudad es realmente un signo inequívoco de la plenitud mesiánica ... Nos lleva a Cristo y su Iglesia la cual constituyó Jerárquica tal como podemos leer  en el Catecismo de la Iglesia Católica (n* 874):

"Cristo  el Señor, para dirigir al pueblo de Dios y hacerlo progresar en el tiempo, instituyó en su Iglesia  diversos ministerio  que están ordenados al bien de todo el Cuerpo. En efecto, los ministros  que poseen la sagrada potestad están al servicio de sus hermanos para que todos los que son miembros del pueblo de Dios, lleguen a la salvación "

Los creyentes en Cristo: Jerárquicas, laicos, vida consagrada, todos ellos son fieles al Señor  que incorporados por el Sacramento  del Bautismo al pueblo de Dios, cada cual según su propia condición son llamados a desempeñar la misión que Dios encomendó cumplir a la Iglesia en el mundo (Catecismo de la Iglesia Cat. can.204,1; cf .L G 31)).

En efecto, hay en la Iglesia de Cristo diversidad de ministerios en función de la constitución Jerárquica de misma, y así, recordemos como Cristo mismo a los Apóstoles y sus sucesores les confío la función de enseñar, santificar  y gobernar. Los Obispos y los Presbíteros, sus colaboradores, tienen en este sentido la misión de enseñar, lo que es lo mismo: Anunciar el Evangelio de Dios.

Por otra parte, tanto los Obispos como los Presbíteros santifican la Iglesia  con la oración y su trabajo por medio del ministerio de la Palabra  y de los Sacramentos.  Además los Obispos, como vicarios de Cristo y ligados a Cristo, gobiernan las Iglesias particulares que les ha confiado, no sólo con sus proyectos, con sus consejos, sino también  con autoridad y potestad sagrada.

En cuanto a los fieles de Cristo laicos están encargados por Dios del apostolado en virtud del Sacramento del Bautismo y del Sacramento de la Confirmación y por eso tienen la obligación y el derecho de trabajar para dar a conocer el Mensaje de Cristo en el mundo entero.

Por último, recordemos también que los fieles de Cristo llamados a la vida consagrada tienen como misión  vivir su consagración y puesto que por su misma consagración se dedican al servicio de la Iglesia están obligados a contribuir de modo especial a la tarea misionera, según el modo propio de su institución  (Catecismo n*783;cf. RM 69). Tratar de operar de otra forma no estaría con forme  a su misión en la Iglesia Católica. Y no olvidemos nunca que fue el mismo Hijo de Dios y Dios verdadero, el que fundó, preparó y configuró su Iglesia Jerárquica y así ha permanecido desde los primeros siglos y así deberá permanecer hasta su segunda venida que tendrá lugar al final de los siglos. 

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